El teclado, el bajo, la batería y hasta parte de un equipo de grabación es lo que se ha llevado Iago Blanco a su casa para afrontar la cuarentena. El músico, que además de dar clases de batería en la Rock School Coruña lleva su propio estudio de grabación, asegura que por ahora tiene lo suficiente para "quitarse el gusanillo de la música", pero la espera para volver a reunirse con los del gremio se le está haciendo larga. "Me encanta mi trabajo, y echo mucho de menos volver a la normalidad: el pasarme horas en el estudio rodeado de músicos, tocar con ellos y estar con los de la escuela", afirma.

Mientras tanto, Blanco ocupa sus días organizando clases virtuales y haciendo vídeos explicativos para sus alumnos de la Rock School: "Desde el principio les dimos la opción de continuar con las clases a distancia o de recuperarlas cuando terminase la cuarentena. Muchos preferían lo segundo, pero ya hemos visto que no solo perderemos un par de sesiones...".

Comenzó enviando un vídeo para animar a sus 25 estudiantes a seguir tocando resumiendo los contenidos de las últimas lecciones, y empezó a dar clases por Skype a dos de ellos, pero con el paso de los días han sido más los que se han subido al carro de las sesiones virtuales. "Es complicado, porque no todos tienen la batería en casa o forma de grabarse mientras tocan, pero las clases son una manera de mantenerse activos y de entretenerse durante el encierro, y la mayoría han reaccionado muy bien", cuenta el profesor.

En la Rock School muchos alumnos forman los llamados Combos, grupos de música con los que practican e incluso actúan en algunas salas coruñesas. "Los Combos y los conciertos son una motivación para ellos", dice Blanco. Sin embargo, la cuarentena ha dado lugar a que algunos de los conciertos que iban a llevarse a cabo en el Garufa se aplazasen, y por ello la escuela promueve un concurso musical por instrumentos y edades: "Es una buena iniciativa, porque también les motiva y les anima a seguir tocando. Tan solo tienen que grabarse interpretando una canción y enviarnos el vídeo".

En cuanto al trabajo en Drum&Roll Studios, cuenta Blanco que, si bien las grabaciones se han paralizado, hay muchas cosas que puede hacer desde casa: "Como me traje parte del equipo puedo seguir haciendo preproducciones para aquellos grupos y artistas que estaban en espera: reviso letras, pienso arreglos...".

Si algo ha aprendido el músico a es que "a distancia se socializa mucho con las personas". "Mantengo bastante contacto con los artistas para que vean que, aunque el estudio está cerrado, sigo trabajando. Con todo esto tenemos más tiempo, y ahora puedo pararme a preguntarle a la gente que cómo está", afirma. La vista de Blanco está puesta en el futuro y en la vuelta al ruedo, y por ello ahora más que nunca invierte su tiempo en pensar nuevos proyectos y revisar su material: "Quiero que, cuando volvamos a abrir, podamos estar a punto para volver a trabajar con más ganas que nunca".