Pati Blanco, responsable de la comunicación y las relaciones institucionales de El Corte Inglés en Galicia y Asturias, es coruñés y mantiene a buena parte de su familia en la ciudad, pero está pasando el confinamiento en Vigo. Se casó en septiembre del año pasado, explica, y los fines de semana suele pasarlos en el piso que tiene con su mujer en Vigo, con lo que el real decreto del pasado 14 de marzo les "tocó a ambos" allí.

Los dos tienen una agenda apretada y suelen viajar por cuestiones de trabajo, así que la cuarentena ha supuesto un cambio de hábitos de vida, no tanto de rutina. "Mi mujer y hacemos teletrabajo, pero en diferentes zonas de la casa; hemos creado nuestro propio hábitat profesional; es como si estuviéramos en una oficina diferente, no nos vemos", aunque sigue habiendo una zona neutral en la que encontrarse durante los descansos y comidas.

Éstas, por cierto, "se convierten en los momentos más importantes del día" para una pareja que antes pocas veces coincidía para comer juntos entre semana o lo hacía de manera apurada. Con el confinamiento le dedican más tiempo a la cocina, "preparas algo más escogido, o que necesita más tiempo, o lo que nunca habías hecho" y cuidan los detalles.

Pasar de un trabajo en el que se desplazaba frecuentemente a la oficina casera tiene algunas ventajas. "El tiempo que dedicas a desplazarte lo tienes en estático, y eso permite que lo racionalices más", afirma el coruñés. Si bien la comunicación es un sector de "farmacia de guardia" dentro de la empresa, pues siempre puede surgir un imprevisto, Blanco siente que "puedo conciliar por primera vez en toda mi carrera profesional mi vida familiar".

Por lo demás, Blanco mantiene una actividad "bastante intensa", casi toda en cuanto a teletrabajo, aunque saliendo puntualmente para atender a algún medio. "Todos los días tengo videoconferencias de seguimiento con la empresa, y luego hay circunstancias que van surgiendo" que afectan a su área de trabajo.

Precisamente una de las características de la actual crisis, señala el responsable de comunicación, es lo "novedoso de la situación", que obliga a que "la toma de decisiones sea sobre la marcha". También a un contacto constante con distintas administraciones, desde las delegaciones del Gobierno a distintas consellerías con las que su empresa colabora a la hora de realizar campañas para promocionar el consumo de productos gallegos con difícil salida en las circunstancias de la actual crisis.

Otro de los aspectos característicos de este periodo, además de las necesidades que surgen en materia de seguridad, es la atención a cuestiones de responsabilidad social, que es "permanente": recogen demandas de ayuntamientos o centros sociales y organizan ayudas como la recogida de alimentos.

¿Servirá la actual crisis para reflexionar y mejorar? Blanco confía en que sí. Hace un par de años, explica, tuvo un accidente de bicicleta que le obligó a estar un mes en una cama, sin casi poder moverse, y vivió "ese proceso en el que se detiene la rutina".

Esto, que muchas personas viven de manera "circunstancial" en algún momento de sus vidas, ocurre ahora al conjunto de la sociedad, lo que provoca que "tengamos una mentalidad mucho más colectiva" del fenómeno. "Servirá para ver que nos necesitamos unos a otros, para convivir y compartir", explica, "y que somos mucho más fuertes si todos estamos unidos: así somos capaces de conseguirlo todo".

También ha servido para darle "un respiro a la naturaleza" y apreciar los detalles. "Nunca le di tanta importancia a asomarse a la ventana y ver el mar, o a despertarse con el sonido de pájaros aunque estés en una ciudad", pone como ejemplo.

¿Y qué será lo primero que haga cuando acabe el confinamiento? "Irme a A Coruña a ver a mi familia, y a mi nieto, que nació en noviembre y que veo por vídeos, videollamadas y fotos; me crea una ilusión muy grande" responde el responsable de comunicación de El Corte Inglés. Luego, dedicar un fin de semana a hacer turismo en alguna parte de Galicia.