José Salgado, presidente del centro comercial urbano de Os Mallos, gestiona desde hace 22 años el parking del barrio, que concibe no como un negocio en sí mismo sino como una manera de potenciar a los negocios locales. "Lo hicimos en un sitio en el que los estudios de mercado ya decían que no era rentable" explica "y nunca ha dado beneficios". Pero, si bien hasta ahora se iba manteniendo su equilibrio financiero, la crisis del coronavirus, que ha eliminado a sus clientes sin que pueda cerrar el negocio, lo ha puesto en números rojos.

"Lo tenemos que seguir teniendo abierto" señala Salgado "pero no entra nadie a aparcar". Además de los que tienen plaza en propiedad, que abonan diez euros al mes, tan solo entran "dos o tres" vehículos al día. Si un mes normal ingresaban unos 9.000 euros, "ahora no llega a 500". De este dinero, explica Salgado, hay que pagar los gastos fijos de la explotación, y cinco sueldos de empleados imprescindibles para mantener el negocio funcionando con los horarios debidos. El Expediente de Regulación Temporal de Empleo (ERTE), como han hecho muchas empresas que han visto reducidos sus ingresos, no es una alternativa en un aparcamiento porque "los empleados tienen que estar haciendo sus turnos exactamente igual".

Salgado no se plantea tirar la toalla. "Por mi forma de ser, quiero mantener la concesión, porque el parking se hizo para el comercio del barrio", afirma el presidente de los negociantes de la zona, que considera "imprescindible" tener un aparcamiento que las tiendas del barrio mantengan a su clientela. "Es como una ONG" explica Salgado, que, a sus ochenta años, lleva más de medio siglo viviendo en el barrio y que, pese a presidir el centro comercial urbano, nunca tuvo un negocio ni "ninguna idea de empresario, siempre fui trabajador". Solo ha gestionado proyectos para el barrio, como una escuela antes de que se abriesen centros públicos en la vecindad y este parking.

Para mantener abierto el aparcamiento, ha solicitado un crédito bancario, si bien esta es una solución "para salir del paso" y todavía no sabe si lo conseguirá. Incluso aunque la respuesta del banco sea positiva, llevará consigo pagar intereses. También ha hablado con el Ayuntamiento, al que el parking pertenece "en último término". Si bien no les han concedido ninguna ayuda, señala que están teniendo "un poco de paciencia con el pago del canon y del IBI, que tenemos que asumir como si fuésemos propietarios".

Salgado, que también es secretario de la Federación Unión de Comercio Coruñesa (FUCC) admite que la situación actual es "complicadísima" y no se atreve a "dar soluciones". Pero sí pediría que se detuviese el cobro de impuestos a las personas y negocios que no están teniendo ingresos, "de la misma manera que nosotros hemos parado de recibir dinero", y que el Estado se centrase en recaudar a los que sí mantienen su renta. "Ha llegado el momento de repartir y ser solidarios", resume.

En términos generales, señala que el problema actual "es generalizado" y hay mucha gente "que no tiene ni para comer". Pero pide a la población "que tenga un poco de confianza, que aguante un poco el tirón", pues, como afirma con optimismo, "la humanidad ha salido de cosas peores que esta, tenemos una fuerza grande y podemos remontar".