Como el resto de sociedades coruñesas, la Hípica mantiene un volumen de personal que se encarga del mantenimiento de sus instalaciones durante el confinamiento, con el objetivo de que puedan ser utilizadas en el momento en que se reabran al público. Pero la singularidad de esta entidad le obliga a que todo su personal del picadero que posee en Abegondo deba continuar su trabajo para que los caballos reciban alimento y conserven su forma física. El presidente de la entidad, Santiago Togores, destaca sin embargo que las normas dictadas por el Gobierno tan solo permiten a la Hípica sacar a pasear a los caballos, sin que puedan ser montados. "No entendemos por qué no los podemos montar, porque no hay contacto con otras personas y no contagian la enfermedad", explica el presidente de la sociedad, quien expresa su preocupación porque considera que estos animales "son atletas que están parados en una cuadra", a lo que añade que muchos clubes hípicos españoles están solicitando que sus caballos puedan ser montados.