Para combatir la monotonía, para explorar lugares desconocidos sin necesidad de cruzar la puerta o para evadirse de los malos pensamientos cuando la realidad supera a la ficción. Es indiscutible que, para la mayoría, la lectura se ha convertido en la gran aliada en tiempos de coronavirus. Hoy, Día del libro, el mundo amanece con bibliotecas y librerías cerradas, pero no hay excusas para no celebrarlo de la mejor forma posible: leyendo. Por eso, diferentes autores han decidido compartir las obras que les acompañan durante el confinamiento y que quizás den alguna que otra idea a los lectores indecisos.

ELino Braxe: 'Salambó', de Gustave Flaubert. Cuenta Lino Braxe que siempre fue de naturaleza enfermiza y que por ello, cuando era pequeño, pasó largas temporadas en casa. Fue por aquel entonces cuando descubrió su afición por la literatura histórica, gracias a los cómics sobre Alejandro Magno, Napoleón Bonaparte y Aníbal. Durante la cuarentena, ha vuelto a reencontrarse con su niñez gracias a la novela de Gustave Flaubert, Salambó. "Me entusiasma, me lo paso como un enano. Flaubert describe con detalle las batallas y ese mundo mitológico de la antigüedad y los cartagineses. Es una obra en la que se percibe todo su trabajo de documentación, y está muy bien narrada", explica Braxe, que confiesa ser un "devorador de libros": "Es una obra corta, así que me he propuesto racionarla para no terminármela en un solo día". El libro se publicó en el año 1862 y fue el segundo superventas de Flaubert después de Madame Bovary.

EDaniel Asorey: 'A orde do día', de Éric Vuillard. La lectura que Daniel Asorey pone sobre la palestra es una de las últimas novelas del francés Éric Vuillard, disponible en gallego en la editorial Kalandraka. A orde do día se encuentra a medio camino entre la ficción histórica y la crónica, y tiene como trasfondo la anexión alemana de Austria y la Segunda Guerra Mundial. Tal y como señala Asorey, "lo llamativo de esta novela es la forma en la que está escrita", y recuerda que ese estilo particular de Vuillard también brilla en 14 de julio, publicada en 2016: "Son como crónicas de hechos que marcaron la humanidad, pero las narra con una voz muy peculiar, como si el propio autor estuviese allí presente. Su forma de escribir es admirable, y solo por eso es digno de leer".

ENieves Abarca: 'Los papeles de Aspern', de Henry James. "Es sin duda lo mejor que he leído esta temporada". Así presenta Nieves Abarca el libro que la ha mantenido en vilo esta cuarentena. Inspirado en una anécdota real, Los papeles de Aspern narra el viaje a Venecia de un crítico literario que busca las cartas de amor que el poeta al que más admira envió a su musa. "En realidad, el poeta es Lord Byron. El libro cuenta como el protagonista trata de hacerse con las cartas de amor de la que fue amante del autor, una mujer ya muy anciana y, tan solo con esos papeles como cebo, James logra mantenerte enganchado al libro. La ambientación en un palacio veneciano precioso también es impresionante", señala Abarca, que asegura que obras como la de Henry James son las que "ayudan a evadirse de un confinamiento interminable".

EManuel Rivas: 'Mandelstam', de Anna Ajmátova. Es la recomendación del escritor coruñés Manuel Rivas. Se trata de un libro en el que la autora rusa, considerada como una de las poetisas más importantes del siglo XX, narra la vida de su amigo y también poeta Ósip Mandelstam, quien murió tras ser deportado a Kolimá bajo el régimen estalinista. "El delito de Mandelstam fue escribir un poema. Un poema crítico con Stalin. Es un libro impresionante en el que se muestran los problemas a los que se enfrenta la literatura que lleva la marca de la libertad", detalla Rivas. La obra de Ajmátova era una de las que el autor coruñés tenía como pendientes, y a día de hoy intercala su lectura con otros libros, como Las uvas de la ira, de John Steinbeck, o Poemas de amor e enfermidade, de Lois Pereiro. "Existe un instinto que nos lleva a escoger unos libros u otros en función del tiempo que vivimos", añade.

EYolanda Castaño: 'Atlas', de Alba Cid. Según Yolanda Castaño, la obra de Alba Cid es una de esas que entra en contraste con la situación de confinamiento, ya que a través de sus poemas y fotografías es capaz de arrastrar al lector a un nuevo universo. "Cid muestra diferentes cartografías mediante la geografía física y no física, otros libros, piezas de arte, historias, relatos, sueños e ideas. Utiliza todos esos materiales en un mismo plano", explica la poeta. Atlas, publicado el año pasado por la editorial Galaxia, logra responder a todo aquello que los lectores como Yolanda Castaño buscan en cualquier obra de poesía: "Algo que emocione, que sea capaz de crear belleza, que proponga nuevos mundos, formas de pensar y conexiones entre palabras".

EFernando Ontañón: 'En lugar seguro', de Wallace Stegner. Fernando Ontañón es uno de esos lectores que aprovecha los días de cuarentena para ponerse al día con todos esos libros que acumula en casa y que nunca encuentra tiempo para leer. Uno de ellos es la novela de 1987 de Wallace Stegner, En lugar seguro, que narra la historia de dos jóvenes parejas que se conocen durante la Gran Depresión de 1929 en Estados Unidos. "Es una obra en la que se exploran cuestiones como la amistad a través de la vida de estas parejas", relata Ontañón.

EJavier Peña: 'El buen soldado', de Ford Maddox Ford. Hace ya una semana que Javier Peña imparte talleres de escritura creativa a través del Instagram de su editorial, Blackie Books. Para documentarse, ha leído varios libros que le permiten profundizar en, por ejemplo, el desarrollo de los personajes, y uno de los que más ha llamado su atención es El buen soldado, de Ford Maddox Ford. La novela, publicada a principios del XX, habla sobre cuestiones como la decadencia, la mentira o la locura a través de las relaciones entre dos matrimonios amigos. "El desarrollo de los personajes es muy interesante. Especialmente la figura del narrador. Es un libro muy paradigmático", dice.