Un verano sin verbenas no es verano. Cualquier gallego podría adoptar este lema. Los meses dedicados a las orquestas, los vermús, las comidas interminables y las atracciones de feria están a punto de llegar, pero todo parece indicar que estos planes se vendrán abajo a causa del coronavirus. Todavía no se conocen medidas ni futuras actuaciones, pero el sector relacionado con estas fiestas populares que se multiplican por cientos por toda Galicia y la comarca se espera lo peor. "Vamos a ser los últimos en poder trabajar. Lo veo todo muy negro", sentencia Lucía Moreiras, que vende rosquillas y churros allá donde va.

El principal problema al que se enfrentan ahora es la falta de ingresos. Desde el día 14 de marzo, cuando se decretó el estado de alarma, se encuentran "completamente parados". "A nuestros empleados les aplicamos un ERTE y no hay actividad ninguna. Con la Semana Santa empezaba nuestra temporada alta y eso ya se perdió", cuenta José López, propietario de Pirotecnia Hermanos López, con sede en Oza-Cesuras. Los fuegos artificiales que tenían que teñir el cielo de colores permanecen ahora guardados. "Está todo cancelado y tampoco sabemos qué va a pasar. Contamos con un año en blanco", confiesa en tono preocupado.

Mientras, la empresa tiene que hacer frente a múltiples gastos. "Cero ingresos, pero estamos haciendo obras por seguridad y es una inversión muy grande", lamenta López, que alerta de que "detrás de las verbenas, hay mucha gente".

Un ejemplo: Carlos López, encargado de una pulpeira ambulante. "Todo son cancelaciones. Tenía bodas y ferias que ya he perdido. En verano suelo coger a personal extra para cubrir todas las peticiones, pero me parece que este año no va a haber nada", expone, a la vez que destaca que percibe "ingresos mínimos".

Probablemente la música también tarde en sonar. Es lo que le quita el sueño a Macarena Tejada, de la orquesta coruñesa Foliada D'Ases. "Habíamos empezado a ensayar en enero y ya teníamos 70 fechas cerradas. Yo creo que no vamos a poder trabajar en todo el verano", detalla la cantante, que califica la situación de "caótica".

Tras 16 años sobre el escenario y con un micrófono en la mano, es la primera vez que mira hacia el verano "con miedo e incertidumbre". "Esta es mi profesión. Tenía mucha ilusión porque nos habíamos unido Foliada y Dúo de Ases. Y de repente pasa esto. No da tiempo ni a asimilarlo", manifiesta.

Todos se llevan las manos a la cabeza por la situación, pero no tienen un pensamiento egoísta. Todo lo contrario. Les preocupa la crisis sanitaria y la debacle del sector de fiesta ya que, insisten, "en las verbenas trabaja muchísima gente". "Hay un mundo alrededor de la verbena que es bastante grande. Orquestas, atracciones, bares, tómbolas... Es inmenso. Todos estamos igual de mal", puntualiza Carlos López que, centrándose en su sector, señala que "en Galicia no hay una fiesta sin foguetes".

A Lucía Moreiras le da por pensar en las citas a las que no acudirá, como los mercados de Vilaboa, el San Marcos de Noia o el Albariño de Cambados. "Ya estaba todo bastante mal y esto una catástrofe. Me pregunto qué va a pasar. Está claro que la salud está por delante pero también tenemos que comer", opina.

La churrera detalla que ha recibido una ayuda de poco más de 650 euros. "Yo tengo una casa propia, pero quien no la tenga y deba pagar también gastos de luz y agua y mantener a sus hijos, eso no le llega para nada", asegura Lucía Moreiras, que al principio del confinamiento lo pasó "muy mal". "Ahora ya estoy mejor, pero 400 muertos diarios me siguen pareciendo muchísimo", dice con tristeza.

Muchos se quedarán sin probar sus churros y rosquillas este verano, al igual que el pulpo de Carlos López. "Todo es una incógnita, pero por lo que parece no va a haber patronales ni feirones y no creo que en septiembre, cuando mejore la cosa, se vayan a hacer todas juntas. Es absurdo", expone. De momento, ocupa su tiempo libre "con cursos de hostelería y música". "Ya que tengo tiempo, aprovecho para tomar esas clases. Me entretiene mucho", añade.

Para Macarena Tejada, la música sigue siendo su mundo. "Cada miembro de la orquesta, en su casa, sigue ensayando coreografías y hacemos videollamadas para estar preparados en cuanto podamos trabajar", relata. Además, no deja de componer canciones y toca la guitarra. La cantante reivindica que "en Galicia, las verbenas son patrimonio cultural", pero los profesionales que están detrás de ellas se sienten ahora "desamparados". "Echamos de menos el apoyo de las administraciones. Durante mucho tiempo no va a haber ingresos y solo nos queda buscarnos otro trabajo", sostiene.

También José López echa en falta esas ayudas y lamenta que "todo cambie cada día". "No sabemos nada de nada. Y aunque ahora nos dijesen que en agosto ya se pueden hacer verbenas, la mitad de la temporada ya está perdida", asegura.

Todos se preocupan por su futuro, sus ingresos, pero también lloran por la ausencia de estas fiestas que, aseguran, "aportan mucho" a vecinos y visitantes. "Yo me pregunto qué va a pasar y cuándo vamos a poder ir a una feria", concluye Lucía Moreiras, como portavoz de muchos que quieren hacer planes, pero ni siquiera saben qué va a ser del tan ansiado verano.