La exposición de Chagall tiene probablemente el récord de ser la más fugaz que haya registrado A Coruña. El coronavirus ya pendía como la espada de Damocles sobre las obras del ruso mientras, en el piso inferior de la Fundación Barrié, se ultimaban los detalles de la inauguración. Con innumerables dedos cruzados, la muestra se abrió al público en el ocaso del 12 de marzo, pero solo los más curiosos pudieron llenarse la mirada con ella. La tarde del 13, la exhibición había cerrado ya sus puertas, adelantándose apenas unas horas a la declaración del estado de alarma y la clausura de tiendas, bares y fundaciones.

En otros centros de la ciudad, las piezas no llegaron siquiera a iniciar su recorrido, bien porque se quedaron a milímetros de su apertura, o porque los retrasos del confinamiento las han alejado de la urbe. En el limbo entre ambos se encuentra la de Chagall. Fábulas y sueños, que puede llegar a partir sin haber estado realmente. La responsable de comunicación de la entidad, Suzana Mihalic, indica que la institución se encuentra "negociando una prórroga" de la muestra, pero que peligra por "la disponibilidad de las obras, que pueden estar comprometidas para otros proyectos". "Si los museos abren a finales de julio tenemos opciones para ponerla a disposición del público, pero si lo hacen a final de años supongo que será imposible", señala la coordinadora.

Todavía es "pronto" para decir algo "en firme", aunque la otra opción -la reactivación de los museos antes del fin de la muestra el 28 de junio- parece lejana. Su más de un centenar de aguafuertes y litografías podrían no encontrar un salvoconducto ni en octubre, el mes que todos los centros marcan en sus calendarios. Para la sala del Concello, esa será el periodo al que irá a parar la exposición sobre el retrato prevista para mayo, y la colección de José Yáñez que iba a compartir la sala Salvador de Madariaga el 16 de marzo. Según el director de exposiciones del Ayuntamiento, Jaime Oiza, también se pospondrá a entonces la exhibición que el Kiosco Alfonso realiza periódicamente con el colectivo Acampa, que este año retrasa sus actos a septiembre.

"Más difícil" de reubicar será la exposición de Palexco Una autopista detrás del enchufe. "Iba a cerrarse en mayo y no sabemos si podrá prolongarse, porque está muy vinculada a las visitas escolares", explica. Para alargar en María Pita la de Fermín Encinar, que "apenas llevaba dos semanas" antes de echar el cierre, el Concello está en conversaciones, igual que con la de Miguel Zelada en el Kiosco Alfonso. La retrospectiva del pintor precisa del permiso de los propietarios que cedieron sus obras, el principal escollo con el que se enfrentan las entidades por plazos y transporte.

El Trienio Liberal 1820-1823 es la que estaba manejando el Ayuntamiento para después del verano, y "probablemente" se posponga para el año que viene, porque implica la recepción de "piezas a nivel nacional". Mucho más lejos en el horizonte queda La sombra de Goya en el arte contemporáneo, cuya entidad organizadora "ya la descarta para 2021". La coordinadora del área de cultura de Afundación, Marité Cores, reconoce que "va a ser complicado recuperar" la muestra, que reunía piezas creadas bajo el influjo del zaragozano. Al proceder de fondos propios, sí podrá prorrogarse la de Fóra de foco, en la que exhibe a artistas foráneos.

Mapa dos desexos de la Fundación Seoane también aguardará a la vuelta del virus, pero para dilatar las imágenes de Voula Papaioannou habrá que sentarse de nuevo a negociar. Para "noviembre o diciembre" calcula la directora Silvia Longueira la visita de Víctor Moscoso, que iba a inaugurar sus obras en junio. El Museo de Belas Artes preparaba una muestra que no quiere desvelar, "por si se echan atrás los coleccionistas". Piensa mientras en el Día de los Museos, el 18 de mayo, que los cogerá a todos, por primera vez, con los pasillos vacíos.