Una palmada y suena la música. Aparece en la imagen Xoel López para cantar Reconstrucción. Pero no está solo, le acompañan Loza, Chapo, Charlie Bautista, Miguel Rivera, Tuli, Gato Charro y Juan de Dios. Juntos fueron Deluxe y doce años después, han querido recordarlo y compartirlo con los más nostálgicos. El confinamiento les ha unido de forma telemática para hacer un viaje al pasado y celebrar "la música, la amistad y el cariño".

En estos momentos de encierro, ha querido mirar al pasado. ¿Por qué?

Es una tendencia que estamos teniendo la mayoría en estas semanas de confinamiento, mirar hacia atrás. Por algún motivo, lo que estuvimos pensando que era el futuro durante este mes y pico no era especialmente alentador, así que tocaba mirar al pasado. Tiene que ver también con una armonía con lo que estamos sintiendo. Estamos en una época de poca aventura, es decir, no salimos a la calle y, por lo tanto, tampoco vivimos grandes experiencias. Eso hace que pongas el foco en lo que ya viviste.

Que en su caso es la música y, en particular, Deluxe.

A mis 42 años, ya tengo un recorrido. No es que sea tan mayor, pero tampoco tan joven. Miras para atrás y te encuentras con cosas. Un día vino a mí lo de Reconstrucción y creí que era un buen momento para rescatarla. Y todavía me parecía más bonito, incluso a nivel personal, juntar a los últimos miembros de la banda de Deluxe y hacer un reencuentro. No junté a Deluxe en 12 años y hacerlo ahora me parece que tiene más sentido que nunca.

¿Le da más importancia a rodearse de esos siete músicos que a la propia canción?

Claro. Más allá de la canción, que es el leit motiv, está el reencuentro y la celebración de la música, de la amistad y del cariño. Es algo que nos hizo bien a nosotros y entendíamos que quizá podía gustar y embellecer un poco estos días grises al resto del mundo.

Un tema que dice "y aceptar que no todo es tan fácil". ¿Sobre todo ahora?

Es curioso porque nace de una crisis mía personal, de un momento de cambio, y ahora toma otra dimensión. Te das cuentas que las letras las termina el contexto o el oyente. Las canciones van evolucionando según lo hace la propia percepción de la gente. A título personal, hay temas que a lo mejor no te llegan o no te gustan mucho y, tres años después, los redescubres porque te pilla justo en ese momento. Esta canción fue para cuando la hice, por una cuestión mía, y ahora me parecía que era el momento de rescatarla.

El estado de alarma se decretó cuando estaba inmerso en la grabación de su nuevo disco. ¿También el coronavirus ha truncado sus planes?

El disco no estaba muy avanzando. Nos venía un mes y medio de mucho trabajo y muy intenso. Solo teníamos tres canciones terminadas. El 22 de mayo saldrá el tercer single. Ni se quedó a medias. Grabamos un tercio. Así que estoy bastante frustrado por ese lado. Era un disco que ya habíamos atrasado de abril a mayo o junio y con el coronavirus, en la primera semana de confinamiento, ya planteamos retrasarlo a septiembre. Todavía no pude pisar el estudio ni avanzar. Es verdad que tengo un estudio en casa y telemáticamente puedo hacer cosas, pero no es lo mismo. Está parado. No sé cómo va a evolucionar ahora y cómo será la vuelta al estudio, pero no me veo grabando con mascarilla la verdad. Lo que está claro es que el disco va a salir. En función de lo que se pueda hacer con él, veremos si sacarlo en septiembre, en octubre, en noviembre o en diciembre. Pero espero que este año, 2020.

Hay músicos que aprovechan estos días para hacer conciertos por internet, pero usted ha preferido realizar una escucha colectiva del disco Atlántico a través de Twitter. ¿Cómo fue la experiencia?

Fue una propuesta que me hicieron, la iniciativa viene de Reino Unido, donde se hizo con grupos como Oasis. Vieron que funcionó muy bien y Nacho Ruiz lo empezó a hacer aquí hace una semana. Fue muy bonito. Me obligó a mí a escuchar mi disco. Si no miras al pasado, ya te obligan a hacerlo. Fue muy entrañable sentir que es un disco que creció bien, puedo escucharlo entero sin ruborizarme especialmente. Incluso hasta te dan ganas de recuperar más. También me redescubrí, porque yo no suelo escucharme y menos tan a conciencia. A veces sí una canción, pero no el disco entero. Vi cosas que no veía y me acordé de muchas anécdotas. Fue muy enriquecedor para mí compartir esa fiesta melómana. Sentí que había mucha gente escuchando el disco a la vez y me pareció muy bonito. Echamos mucho de menos eso, compartir.

¿Es difícil vivir sin conciertos y sin el contacto con el público?

Claro. El principal objetivo de un creador es la comunicación, sentir que hay alguien al otro lado. Ahora mismo eso está un poco frustrado. Siempre fui muy animal de escenario, me encanta tocar en vivo y lo echo mucho de menos. Creo que nunca he estado tanto tiempo en mi vida sin tocar en directo, voy a batir el récord.