Para Adolfo López "el verano no va a existir" y el primer atisbo de recuperación comercial en la ciudad lo divisa "quizá en Navidad o un poco antes". El propietario de Tierra de Fuego, tienda de artículos artesanales de la Ciudad Vieja, cree que el Covid-19 dibuja un panorama muy incierto en muchos sectores, que se suma a la "lucha constante" que no pocos comercios todavía dirimen desde los años posteriores al estallido de la burbuja inmobiliaria hace más de una década y a la posterior caída del consumo de las familias.

"La recuperación de la crisis de 2008 fue muy larga, muchos no hemos salido y otros muchos cerraron". ¿Cómo lucharon contra aquella situación? "Buscamos fórmulas: se negociaron los precios a la baja, también los alquileres de locales, redujimos el margen de beneficio, hicimos compras y pagos a plazos más largos y aprovechamos el remanente para aguantar", recuerda López, que abrió su negocio hace veinte años. Aun así, matiza, fue una salida de la crisis "entre comillas", con años muy malos de ventas en su caso, 2012, y mejoras moderadas hasta 2017.

¿Y ahora, qué? Es difícil predecir. Aunque haya que ver cómo evoluciona la salud de las personas, "el día a día que determine qué cambios hacer", Adolfo López, que fue presidente de la federación de comerciantes de A Coruña, cree que habrá que "tirar de provisiones y volver a renegociar": "Si seguimos cerrados, todo son gastos. Tenemos que abrir ya, porque una parte importante del comercio de nuestra ciudad va a desaparecer".