La investigación sobre el virus causante de la pandemia del Covid-19 puesta en marcha hace tres semanas en la depuradora de Bens confirma la presencia de partículas virales de SARS-CoV-2 en las aguas residuales de la planta, así como su eliminación antes de salir al mar tras el proceso de depuración, lo que evitaría su diseminación ambiental en la costa coruñesa.

El proyecto, que ha sido llevado a cabo por un equipo de investigación multidisciplinar conformado por microbiólogos, ingenieros, matemáticos, informáticos y químicos de la Universidade da Coruña (UDC), el Instituto de Investigación Biomédica de A Coruña (Inibic), el Complexo Hospitalario Universitario de A Coruña, el Centro de Investigación en TIC (Citic) y el Centro de Investigaciones Científicas Avanzadas (CICA), ha dado ya sus primeros frutos.

Tal y como informa la responsable al frente del proyecto, Margarita Poza Domínguez, "muy pronto se podrá conocer el transcurso del descenso de los contagiados por Covid-19 en la zona": "estamos intentando determinar la evolución de la pandemia durante esta desescalada a través del descenso en la carga viral de las aguas residuales que llegan a la planta, y también queremos detectar la carga viral en varios puntos de la ciudad para crear un modelo que nos permita vigilar la epidemia y controlar posibles brotes en el futuro".

Gracias a las muestras recogidas en la planta a lo largo de los diferentes momentos que ha atravesado la curva del coronavirus, y que continuarán tomándose durante los próximos seis meses de forma diaria, el estudio permite obtener datos cuantitativos sobre el número de infectados por Covid-19 en la zona, incluyendo a aquellas personas asintomáticas o que no se han realizado los test y que, por lo tanto, no figuran en las cifras oficiales.

Aunque ya se han obtenido los primeros resultados, la profesora asociada de la UDC e Investigadora Senior del Grupo de Microbiología del Inibic advierte de que el proyecto todavía se encuentra "en fase preliminar", y que por el momento no es posible darlos a conocer. "Todavía tenemos que aplicar una serie de patrones y parámetros para determinar los resultados definitivos. Esperemos que podamos revelarlos cuánto antes", explica.

Además, debido a que la comunidad científica ignora cuál es el comportamiento del virus una vez que llega al mar, Poza destaca la importancia de que la depuradora coruñesa evite la diseminación ambiental de las partículas de SARS-CoV-2. "Hemos descubierto algo muy importante, y es que la partículas desaparecen gracias al sistema de retención biológico de la planta, que no utiliza ningún producto químico. Todavía no se sabe hasta qué punto el virus mantiene su capacidad infectiva una vez que sale al mar, así que retenerlo puede evitarnos muchos problemas en el futuro", comenta la doctora.

Desde la pasada semana, este proyecto para el que la empresa pública EDAR Bens SA ha destinado un total de 50.000 euros se ha sumado a la red europea Norman de investigación científica sobre aguas residuales, en la que colaboran países como Francia, Noruega, Alemania, Holanda, Eslovaquia, Suiza o Suecia, entre otros. Según Poza, se trata de una alianza "de gran interés para la investigación", ya que es necesario mantener la comunicación con todas aquellas personas que llevan a cabo estudios de este tipo en plantas de tratamiento de todo el mundo.

"No queremos estar aislados, sino mantenernos unidos a una red fuerte como esta, con una metodología que permita unificar criterios a nivel europeo y compartir los datos obtenidos", añade. La alianza con Norman permitirá obtener "valoraciones más globales", y resultará muy beneficiosa para el estudio.

Por otra parte, el director general de EDAR Bens SA, Carlos Lamora, advierte a través de un comunicado de que, desde que comenzó el confinamiento, se había multiplicado por dos la presencia de espumas en las aguas residuales (una circunstancia que se relaciona directamente con el incremento de la limpieza y desinfección de superficies) y que el volumen de toallitas que llega a la depuradora de Bens cada día había aumentado en un 18%.

"La ciudadanía está usando este tipo de elementos desechables por motivos de higiene y desinfección, pero es más importante que nunca mantener las buenas prácticas y no arrojar las toallitas por el inodoro", señala el director. Tras confirmarse la presencia del virus en las aguas residuales, Lamora subraya que supondría un gran peligro para todos el que tuvieran lugar atascos o rebosamientos en la red de depuración, y recordó que es fundamental mantener el funcionamiento de este servicio esencial "en las mejores condiciones".