La mayoría de vecinos permanece en casa, sale cuando se le permite y ha reducido sus visitas a supermercados y farmacias. Pero en ese ambiente de buen comportamiento en el que se encuentra A Coruña también hay espacio para las infracciones y, por lo tanto, también para los castigos. Desde que se inició el estado de alarma el pasado 13 de marzo, la Policía Local ha tramitado 1.050 denuncias por incumplir las normas de confinamiento, un balance en el que se incluyen las 18 detenciones realizadas.

Muchos de los sancionados son reincidentes. Fuentes municipales señalan que hay vecinos que han acumulado "hasta un máximo de siete denuncias". La mayoría, por viajar en un coche con una o dos personas más, algo que, de momento, está prohibido, ya que solo puede ir una persona en el interior del vehículo.

Los paseos con perros también han llamado la atención de los agentes, que localizaron a dueños con sus mascotas a más de cinco kilómetros del domicilio. Otros, con la intención de salir de casa para airearse, ya llevaban la barra del pan bajo el brazo al salir del portal.

Según los informes de la Policía Local, durante los primeros días del estado de alarma, se tramitaron en A Coruña denuncias por hacer deporte en la calle o organizar picnics. También una comunidad de vecinos organizó una reunión en el edificio, saltándose así el confinamiento.

Aunque las autoridades insistieron en la necesidad de reducir las salidas a la calle para ir al supermercado o a la farmacia, más de un coruñés hizo la compra varias veces al día y más de uno fue cazado por los agentes. Además, según comprobaron los policías, algún vecino de Os Castros se desplazaba hasta la plaza de Lugo para comprar comida y otros productos.

Al principio, durante los tres primeros días, los castigos también fueron para los locales. Bares que permanecían abiertos a pesar de las restricciones. El 092 encontró un establecimiento que tenía contraseña para sus clientes, que accedían por la puerta trasera.

La situación ha cambiado con la desescalada. Desde que el pasado sábado, el Gobierno central permitió la actividad física en la calle y los paseos, la mayoría de denuncias está relacionada con el incumplimiento de la franja horaria. Corredores o ciclistas que siguen haciendo deporte después de las diez de la mañana o niños que pasean con sus padres después de las ocho de la tarde. Además, hay personas que para ir más allá de un kilómetro de sus domicilios, se ponen ropa de deporte para engañar a los agentes, aunque su única intención sea la de pasear tranquilamente.

La sala del 092 también recibe muchas llamadas estos días de vecinos que alertan de malas prácticas. Aquellos que sienten la responsabilidad de avisar de que algo no anda bien.