José Varela no tiene claro todavía que vaya a abrir las puertas de A Casiña este lunes. Aunque las condiciones de la nueva prórroga del estado de alarma se lo permitirían, ya que el local dispone de terraza, la forma de acondicionarlo a los nuevos criterios sanitarios no está definida en su caso. "El local tiene 80 metros cuadrados, y la terraza dos mesas altas y dos barriles. ¿Qué mampara voy a poner ahí?", se pregunta.

Pese a que, asegura, hará lo posible una vez abra para mantener las medidas de higiene y en el local no faltarán efectos como geles hidroalcohólicos, papel para secar las manos, guantes o mascarilla, Varela piensa que la decisión de abrir es precipitada. "La apertura el lunes me parece algo prematuro. Llevo 35 años en esto y es algo que no he visto jamás, se están haciendo las cosas mal", señala.

El hostelero apela al sentido común de las personas como la mejor y fundamental medida de prevención contra el virus, ya que juzga "imposible" que los profesionales de cada local añadan a sus funciones la de la vigilancia obsesiva. "Aquí tendremos todo el cuidado, pero si no hay una conciencia colectiva, no sirve para nada", apunta Varela.

Admite estar preocupado por las condiciones pautadas para el desarrollo de la desescalada, ya que no sabe qué tal funcionarán los criterios impuestos en las calles más céntricas de A Coruña, caracterizadas por disponer de terrazas pequeñas y apretadas. "¿Qué van a hacer los locales de la Estrella y la Barrera, por ejemplo, que son locales pequeños y concurridos?", reflexiona. Considera que la falta de información con respecto a las medidas a tomar es otro de los inconvenientes que llevan al sector a la incertidumbre. "No tenemos ni una circular que nos informe, ni del Ayuntamiento ni de Sanidad, sobre cómo tenemos que hacer las cosas", protesta.