En la bajada a la playa de Oza hay varios coches abandonados que forman parte ya del paisaje de la zona, tanto como los grafitis o la medusa, que se ve desde el paso elevado. Durante el confinamiento, frente a la sede de los astilleros Valiña, aparcó un vehículo que, un día, amaneció sin ruedas. Un cartel colocado en el salpicadero alertaba ayer de que el dueño iría a retirarlo a lo largo del día de hoy. Al menos, lo que le queda de coche, ya que no tiene ruedas y también le falta un faro. En el cartel, su autor explicaba que durante la cuarentena le habían robado y que hoy sacaría su vehículo de este enclave.