La licitación de las obras que corresponden a Adif en la estación intermodal de A Coruña, anunciada en junio del año pasado aunque prevista posteriormente para 2020, se pospone ahora a 2021. Este nuevo frenazo en la planificación se lo transmitieron ayer representantes de Adif al Concello y a la Xunta, las otras dos administraciones que participan en el desarrollo de la intermodal. El motivo, esta vez, es la necesidad de actualizar el proyecto constructivo de las obras que habrán de ejecutarse en la terminal ferroviaria para compatibilizarlas con las de la futura estación de autobuses, un paso que no estará finalizado hasta comienzos del próximo año.

El cambio de planes y de fechas no fue nada bien recibido por el Ayuntamiento y la Xunta, que además están pendientes de firmar con Adif el convenio que articulará la intervención conjunta, sobre el que debatieron una vez más ayer. Las dos administraciones reprocharon al órgano estatal que no avanzase el escenario actual de su proyecto pese a haberse aprobado en abril de 2019 y estar solo pendiente de la licitación.

El concejal de Movilidad, Juan Díaz Villoslada, comentó que Adif "ha tratado de justificar este retraso en la necesidad de garantizar la compatibilidad técnica del proyecto de remodelación de la estación ferroviaria con el de la estación de autobuses de la Xunta". "Esta complementariedad entre proyectos es compleja, pero debería haber tenido avances previos", lamentó.

La Xunta, a través de una nota, afeó al administrador ferroviario estatal que antes de este "imprevisto" guardase "silencio durante casi un año sobre los motivos que estaban causando un retraso tan prolongado en la licitación anunciada". De acuerdo con fuentes de la Consellería de Infraestruturas, lo que Adif ha transmitido ahora es que ha cambiado la normativa técnica de las edificaciones ferroviarias, sobre las que existen nuevos requisitos para la prevención del gas radón. Adif, consultado por este diario, no ratificó ayer las explicaciones de cada administración.

Fue hace casi once meses cuando el Consejo de Adif aprobó el expediente de contratación, los pliegos, el gasto y la apertura del procedimiento de adjudicación de la remodelación de la estación de San Cristóbal. Se encargó de anunciarlo en la ciudad el delegado del Gobierno en Galicia, Javier Losada, acompañado por la alcaldesa, Inés Rey, a los pocos días de tomar posesión de su cargo tras ganar las elecciones municipales. Losada cifró el coste de las obras en 48,5 millones de euros, detalló algunas actuaciones y, al igual que la regidora, resaltó que aquel avance en la intermodal representaba un ejemplo del "compromiso" del Gobierno de Pedro Sánchez con la ciudad y sus principales proyectos. Los trabajos durarían 28 meses.

Aquel anuncio, pasadas las semanas y los meses sin progresos por parte del Estado, resultó apresurado, dado que el arranque de la licitación quedó congelado. La explicación que ofreció Adif en noviembre del año pasado fue que el procedimiento necesitaba contar con la autorización del Consejo de Ministros pero el Gobierno estaba en funciones, a pesar de que el administrador ferroviario ya le había dado el visto bueno al proyecto más de medio año antes, cuando anunció su licitación en el Diario Oficial de la Unión Europea a un mes de las elecciones generales y a dos de las municipales.

La situación de espera se mantuvo en los meses siguientes por la tardanza en constituirse el Gobierno estatal tras las elecciones generales. Las tres administraciones continuaron mientras trabajando en el desarrollo de la intermodal, generalmente en un clima de buena sintonía, como resaltaba cada una. Y tras algún roce con Adif por peticiones técnicas relacionadas con el planeamiento urbanístico, ahora el órgano ferroviario comunica que la parte de las obras que le corresponde precisa una actualización del proyecto constructivo.

El nuevo retraso en la licitación estatal no paraliza sin embargo las intervenciones que el Concello y la Xunta deben ejecutar para construir la estación intermodal, pese a que todavía no hay el convenio a tres bandas que han demandado agilizar a Adif. El Ayuntamiento se tendrá que encargar de los accesos mediante cambios en el planeamiento urbanístico, cuya tramitación ya está en marcha desde finales del año pasado. Además financiará el parking de la estación de autobuses a cambio de gestionarlo durante 20 años, aspecto que deberá ratificar el convenio, y realizará actuaciones que mejoren la calidad urbana de la plaza de San Cristóbal y las avenidas de A Sardiñeira y O Ferrocarril.

La Xunta, por su parte, mantiene el objetivo de licitar antes de que termine 2020 las obras de construcción de la nueva estación de autobuses por 17,4 millones. Infraestruturas ultima el proyecto constructivo y ha iniciado su tramitación urbanística amparándose en la ley gallega de medidas en materia de proyectos públicos de urgencia o excepcional interés, paralizado de momento por la suspensión de procedimientos administrativos debido a la declaración del estado de alarma por la crisis sanitaria. El mes pasado las dos administraciones acordaron que el Ayuntamiento hiciese unos ajustes porque el proyecto de la Xunta, a exposición desde marzo, presentaba una superficie que excedía el espacio que reservaba a la obra la modificación urbanística iniciada en diciembre por el Concello.

Las obras de Adif, las que ahora sufren otra demora, afectan a una cubierta sobre las vías, a la pasarela peatonal y ciclista que conectará la avenida de A Sardiñeira con la de O Ferrocarril y a la remodelación del edificio de viajeros para habilitar el espacio para la llegada de la alta velocidad, así como a la apertura de la plaza exterior, los accesos y el aparcamiento. Las plazos, tras un nuevo frenazo a la intermodal, regresan al terreno de la incerteza.