Las mascarillas ya forman parte del día a día. Obligatorias en el transporte público para protegerse frente a posibles contagios de Covid-19, también son habituales por supermercados, farmacias y espacios públicos. Tanto que hasta una estatua la tiene puesta. Es la de Álvaro Cunqueiro, en la plaza del Humor. Sentado en un banco, parece que descansa mirando a los peatones pasar con una mascarilla blanca en su boca. Algún vecino de la zona habrá querido proteger a este ilustre novelista. La situación ha sorprendido a más de uno, por lo que la fotografía no ha tardado en circular por las redes sociales.