La Guardia Civil contempla una "alta posibilidad" de movimientos de conflictividad social durante la desescalada, con "protestas y disturbios", de acuerdo con la orden interna 21/20 Delta Papa , dada a conocer esta semana. También prevé que posiblemente "se incrementen las cifras de delincuencia". El jefe de Seguridad del Ayuntamiento, Carlos García Touriñán, señala que por el momento "no se está viendo un repunte" de la criminalidad en la ciudad, y espera que esta, "independientemente de pequeños repuntes", se mantenga en los niveles previos a la crisis, es decir, en una situación "bastante buena" con respecto a la media nacional. Por contra, ve más posibilidad de alteraciones del orden público de carácter colectivo.

Según señala Touriñán, se trabaja ante la posibilidad de "concentraciones de protesta ante la situación económica y política", como las que "estamos empezando a ver" en otras partes del país. Por otra parte, "la nueva normalidad nos puede llevar a problemas en empresas, aumento de la conflictividad laboral o manifestaciones. En época de crisis esto es más habitual y tenemos que estar preparados para ello", resume el responsable de seguridad municipal. El Ayuntamiento, señala, trata estas cuestiones de manera periódica y "muy frecuente" en reuniones de coordinación con la Subdelegación del Gobierno y la Policía Nacional.

La Guardia Civil recoge también en su informe que se puedan dar episodios de disturbios en zonas de infraviviendas y asentamientos precarios, una opción que descarta García Touriñán para la ciudad. "No debiéramos tener grandes problemas" señala, pues el chabolismo "prácticamente es nulo" exceptuando el poblado de la antigua Conservera Celta, que se estaba tratando de erradicar antes de la crisis. Los departamentos de asuntos sociales municipales y la Policía Local van ahora "a seguir trabajando" para hacerlo.

La criminalidad ligada al consumo de estupefacientes podría convertirse en otro reto de la desescalada, pues las personas con adicciones a substancias ilegales vuelven a poder acceder a ellas tras un periodo con más dificultades para obtenerlas . Los antiguos arcones de Orillamar, donde se produjo un herido de disparo en una pelea esta semana, vivieron una redada antidroga hace menos de tres años. En este punto, García Touriñán señala que la competencia es de la Policía Nacional, aunque el 092 colaborará en las medidas que tome.

Peleas y terrazas

A lo largo de esta semana, además del disparo de Orillamar, se produjeron otros dos incidentes violentos que motivaron la intervención policial: una disputa a botellazos en Ángel Senra, y una pelea en la plaza del Humor. Pero el responsable municipal de seguridad cree que es una casualidad. Los incidentes "no tienen nada que ver con la desescalada ni con el coronavirus" afirma, "y son tres sucesos diferentes que no tienen ningún denominador común". Defiende que derivaban de "temas personales previos" entre los agresores y sus víctimas y que "no ha habido graves alteraciones".

Sí han aumentado las llamadas relacionadas con las medidas de distanciamiento, que García Touriñán ve características de la "nueva convivencia". "Hay gente que las lleva más a rajatabla, otras de manera más relajada, y eso está generando discusiones entre los propios vecinos, que nos hacen actuar" explica. No señala barrios más conflictivos, pero señala que hay más casos donde se producen grandes concentraciones, por ejemplo, en zonas de gran afluencia de caminantes desde que empezó la fase 0: "alguien se encuentra con un amigo, se para, otros quieren pasar, intercambian palabras más o menos gruesas... Pero ninguno de los incidentes ha pasado a mayores".

"El último gran problema del desescalamiento" fueron las terrazas. Abrieron el lunes, con la fase 1, y en algunos hosteleros "han tenido un uso abusivo, y hubo muchos ciudadanos que les recriminaron esa actitud, incluso a veces a los que estaban sentados". Durante el periodo de confinamiento más duro, un caso típico era la de gente que hacía ruido para animar a la ciudadanía o ponía música "con buena voluntad" pero no eran bien recibidos por algunos de sus vecinos.

El documento de la Guardia Civil pide a los agentes actuar "de manera sensible y con sentido común". García Touriñán defiende que este ha sido el principio de la Policía Local, que prefirió "asesorar" y mediar antes de tomar medidas coercitivas. Este martes, por ejemplo, "se pasó por las terrazas conflictivas, se recordó la norma". Durante el confinamiento también hubo que recurrir al castigo, y el 092 lleva unas 1.100 propuestas de sanción, pero García Touriñán defiende que es un número "bajo" en relación a la población coruñesa.