Maleza cubriendo las aceras, árboles que tapan las vistas al mar y bichos que invaden las casas. Así describen los vecinos de Mazaido la situación que viven día tras día junto a los terrenos de la refinería de Repsol que, desde hace unos meses, se encuentran en situación de abandono. "Estamos indignados. Hay tramos de acera en los que tenemos que caminar por la carretera, y los alrededores de nuestras casas parecen bosques", cuenta Rosa Martiñán, una de las vecinas del pueblo. Con la llegada del verano y la gran cantidad de gente que pasea por la zona, la coruñesa asegura que una de las preocupaciones del vecindario es que se produzca una desgracia: "La gente tira colillas, y con tanta maleza es fácil que tenga lugar un incendio. Además, como no hay limpieza en los terrenos están apareciendo muchos bichos, y tenemos las casas infestadas de moscones".

En respuesta a este diario, Repsol informa que los retrasos del servicio que se encarga habitualmente de limpiar la zona de Mazaido se deben a la actual crisis producida por el Covid-19, y asegura que, "en los próximos días" procederán a eliminar la maleza del pueblo.

Según Martiñán, la refinería cumplía con su labor de mantener limpia la zona hasta hace aproximadamente un año, cuando los vecinos se vieron obligados a "empezar a insistir" para que alguien viniese a hacerse cargo de los terrenos: "Llevamos mucho tiempo encima de ellos por este tema, y merecemos un poco de respeto. En pleno mes de mayo, no es normal que esto siga así".Además de la poca accesibilidad de las aceras de Mazaido y de la presencia de insectos, los árboles de los alrededores se han dejado crecer "descontroladamente", hasta el punto de que, tal y como añade la vecina, "han tapado las vistas al mar". "Antes veíamos la puesta de sol, nos veíamos entre nosotros, veíamos a los pueblos de Comeanda? Pero ahora es imposible, y siguen creciendo", detalla. La indignación del pueblo crece al recordar que parte de esas tierras abandonadas y próximas a las aceras les han sido expropiadas por la refinería, y reivindican la necesidad de que se tomen medidas cuanto antes. "La casa de una vecina que falleció y que fue comprada por la empresa está a día de hoy en ruinas. Nosotros no podemos construir en nuestros terrenos y nuestros hijos tienen que marcharse, pero la refinería puede dejar en estas condiciones los suyos", demanda.

Ante su desesperación, los vecinos también recurrieron hace una semana al Ayuntamiento de A Coruña, pero no han respondido a su solicitud: "Somos un pueblo que paga sus impuestos como los demás, no somos un campamento ranchero, tenemos nuestras casas limpias y en buen estado, aunque no se puede decir lo mismo de los alrededores".