El efecto de la pandemia del coronavirus en el comercio coruñés se tradujo durante el pasado mes de abril en el cierre de un centenar de negocios, según cifras de afiliación a la Seguridad Social a las que ha tenido acceso este periódico. Frente a las 15.142 personas inscritas en el régimen de autónomos en esta actividad en marzo, en abril se contabilizaron 15.042, lo que supone una media diaria de cierres superior a los tres durante el mes pasado, en el que ningún establecimiento pudo abrir sus puertas a lo largo de sus treinta días después de haber pasado quince más del mes de marzo en la misma situación.

La comparación del número de afiliaciones a finales de abril con la misma fecha del año pasado refleja un descenso de 369, que se corresponde con otros tantos locales comerciales, y de 360 con respecto al final de 2019, en el que el número de afiliados era de 15.402, mientras que al término del año anterior eran 15.411.

Eso supone que en los dos últimos años se produjeron oscilaciones a lo largo de los diferentes meses en forma de cierres y aperturas. Pero el duro golpe que ha supuesto para el comercio calificado de no esencial la inactividad durante 48 días consecutivos -el estado de alarma entró en vigor el pasado 16 de marzo y los establecimientos no pudieron abrir hasta el 4 de mayo- no tendrá un impacto negativo en estas semanas sino también en los próximos meses, según los representantes del sector.

La imposibilidad de obtener ingresos durante un mes y medio mientras se mantenía la obligación de hacer frente a los gastos habituales representó una dificultad insuperable para comercios que ya atravesaban dificultades. Los del ramo de textil y calzado figuran entre los más perjudicados, ya que el cierre coincidió con el inicio de la temporada de primavera, por lo que no han podido sacar a la venta productos que difícilmente tendrán compradores en las próximas semanas ante la proximidad del verano y con las restricciones que todavía continúan para desarrollar la actividad en los establecimientos.

La alimentación es el segmento menos perjudicado en el comercio, ya que pudo abrir sus locales durante todo el periodo del estado de alarma, aunque los comerciantes advierten de que las ventas no han sido las mismas por la inactividad de la hostelería y por la retracción del consumo, ante el temor de muchos trabajadores a despidos en el futuro por parte de las empresas ante un posible agravamiento de la situación económica.

La colaboración del Concello en la resolución de esta crisis es indispensable, según los comerciantes, quienes se hallan a la espera de que el Gobierno local concrete las medidas hacia su sector que formen parte del anunciado Plan de Reactivación Económica de A Coruña. Los empresarios ya han transmitido al Ejecutivo local sus demandas, que se traducen en la condonación de los tributos y tasas locales correspondientes al periodo en el que no han podido trabajar, así como la promoción del comercio a través de una web municipal específica.