El Concello llevará a cabo controles de aforo en todas las playas de la ciudad y calculará la ocupación en tiempo real. El próximo lunes se iniciará un protocolo de transición que se prolongará hasta el 15 de junio, cuando las medidas del Gobierno local se sumarán a las de la Xunta y las del Ministerio de Sanidad. Según indican fuentes municipales, se utilizarán las cámaras videovigilancia y habrá agentes de policía en los diferentes arenales, con un dispositivo especial instalado en la Coraza del Orzán.

Los bañistas no podrán utilizar las duchas, aunque sí los aseos, y las entradas y salidas dispondrán de balizas como señalización.

La Policía Local vigilará que se garantiza la distancia mínima de dos metros en el interior de los arenales y podrá cerrar el acceso en el caso de encontrarse con un número desmesurado de personas.

Habrá una vía única de entrada y salida de las playas. En el caso de Riazor y Oza se delimitará con balizas para evitar la proximidad entre las personas.

La caseta que habitualmente utilizaba Medio Ambiente para actividades de educación ambiental será ocupada para informar a los usuarios de las medidas de higiene y control que se pondrán en marcha.

Una aplicación informará también del estado de la marea y la capacidad de la playa en tiempo real.

La concejala de Medio Ambiente, Esther Fontán, mantuvo esta mañana una reunión con el personal técnico municipal y el con el director del Área de Seguridad Ciudadana, Carlos García Touriñán, para establecer el protocolo de transición sobre el uso de las playas a partir del próximo lunes.

Las medidas, que estarán vigentes hasta 15 de junio, serán provisionales hasta que no se publique el protocolo definitivo con las instrucciones del Ministerio de Sanidad y la Consellería de Sanidade.

El Concello recuerda que hasta el próximo lunes está prohibido tomar el sol en la playa.