El presidente de la asociación de vecinos de San Pedro de Visma, José Ramón Calvete, se revuelve contra la decisión de la Xunta de prohibir el baño en la cala de O Portiño. "Siempre fuimos a esa playa, no es un arenal urbano, como el Orzán o Riazor, la usamos los vecinos y lo que dicen de que no es compatible con la actividad del club marítimo no es cierto. No interfiere, nunca lo ha hecho", sentencia Calvete, que pide, además, inversión al Concello para mejorar los accesos y los servicios de lo que ha sido siempre el refugio para los residentes en San Pedro de Visma y sus alrededores.

"Lo que hacen así es crear un gueto. La ducha está en mal estado, nos pusieron un banco y está tirado, la rampa que se usa para bajar a la playa y también para las embarcaciones está llena de musgo y no es la primera vez que tiene que venir la ambulancia porque la gente se cae", relata Calvete, que asegura que, en los próximos días, la asociación de vecinos presentará un escrito en la Xunta para solicitar que revoque su decisión y que permita a los residentes en la zona seguir bajando a la cala, aunque, eso sí, cumpliendo con las restricciones que se impongan derivadas del estado de alarma y que entran en vigor a partir de hoy, con aforo limitado y distancia de seguridad.

"El Ayuntamiento se está poniendo de perfil. Esta playa la usan, sobre todo, los vecinos de San Pedro de Visma y de Os Rosales y la sigue usando, a pesar de que no tiene servicios", comenta Calvete.

Asegura que la Xunta ha optado por "la solución más fácil", que es la prohibición del baño, en lugar de estudiar qué necesidades tiene la zona para mejorarla y habilitarla para que pueda ser utilizada con normalidad y sin peligro por los vecinos. "Esta es la única playa de la ciudad en la que nunca se hizo una inversión fuerte para ponerla bien y eso lo único que hace es que la gente no quiera venir aquí y, al final, va a ser un gueto", aventura Calvete.

Sobre si pueden convivir los bañistas y las actividades del club marítimo, se muestra convencido de que sí, de que una no interfiere en la otra, ya que, según relata, la mayoría de los usuarios del club son jubilados y aficionados, por lo que sus embarcaciones son de recreo y de paseo que nunca han tenido problemas con los bañistas.

"Los únicos que explotan O Portiño profesionalmente son los furtivos, aunque trabajan sin licencia", comenta Calvete, que ha estado hablando ya con algunos de sus vecinos para formalizar la petición a la Xunta de que dé marcha atrás en su decisión de vetar el baño en una cala que siempre han considerado un refugio en esta parte de la ciudad. Asegura que, igual que esta, hay otras pequeñas playas en la zona de San Roque y de la Torre de Hércules que suponen un respiro para los vecinos que prefieren bañarse fuera de los grandes arenales urbanos.

En agosto del año pasado la Xunta puso un cartel en la playa de O Portiño en la que desaconsejaba el baño al comprobar un exceso de bacterias E.coli, en una analítica realizada por los técnicos de la Xunta por un vertido de fecales. Actualmente, ya no se toman muestras de contaminación en este área. No es la única zona en la que Xunta ha vetado el baño, en abril del año pasado, también lo hizo en la zona de O Parrote, en las inmediaciones de las instalaciones deportivas de La Solana.

Entonces, el Ayuntamiento y la Autoridad Portuaria acordaron prohibir el baño como medida de seguridad y por el tráfico portuario. Esta decisión no arredró a los que cada día bajaban al mar por la escalinata, así que, solicitaron que se revocase la prohibición. Tanto el Concello como el Puerto decidieron estudiar una solución, pero el cartel que alerta de que el baño no está permitido en la zona sigue en el paseo. La prohibición de bañarse en los dominios portuarios data de los años treinta.