Un aplauso para el cliente. Después de más de dos meses sin atenderles, sin orientarles, sin venderles algo -sin servirles, en definitiva-, el personal de una multinacional instalada en el centro comercial Marineda City, Ikea, dedicó ayer a sus primeros clientes del día, que esperaban incluso en el exterior a la apertura de puertas, un emotivo aplauso. El gesto viene a resumir la alegría de un reencuentro y de una recuperación: el contacto retomado entre quien vende y quien compra y la reactivación del comercio en la ciudad.

No fue la de Ikea la única cola que se formó ayer en Marineda. La hubo ante la entrada de Leroy Merlin por motivos de aforo -el límite está fijado en el 30% del total- en algún momento del día, pero en ningún caso provocó alteraciones en la actividad. Porque la reapertura de los centros comerciales coruñeses en la fase 2 de la desescalada (salvo la de sus establecimientos esenciales, que tenían permiso anterior para abrir) transcurrió con tranquilidad general, respeto a las medidas de higiene y seguridad, sin aglomeraciones de clientes y con responsabilidad por su parte, coinciden algunos de sus gerentes.

Geles con dispensador automático ante locales o junto a las escaleras mecánicas, limpieza de pasillos, desinfección constante en barandillas, uso riguroso de mascarilla, paneles informativos en lugares de paso y accesos controlados con señalizaciones fueron algo común en todos ellos. Tiendas de grandes cadenas tienen espacios más diáfanos en el interior para facilitar la movilidad de las personas con las distancias de seguridad recomendadas, y algunas utilizan a empleados para que desde la entrada controlen los accesos y el aforo. Salvo unas pocas excepciones, abrieron casi todos los establecimientos que aún no lo habían hecho, aunque alguno preparaba sus artículos en el interior o planificaba escaparates sin atender todavía a los clientes hasta hoy o los próximos días.

Había ganas por comprar, como también ganas de trabajar. "El cliente vino con las ideas claras. Tuvimos afluencia, y no para mirar sino para hacer compras. Lo que más se ha vendido, bañadores", contaba María Esmorís, encargada de la tienda Calzedonia en Marineda, donde los compradores esperaban en el exterior si veían que algún otro estaba dentro. Carla Fariña, de la zapatería Vogue, fue testigo de cómo en su tienda "la gente entraba y salía", no todos para comprar. Al estar ella sola en el comercio, tuvo que actuar también como controladora, vigilando "que no se toque el calzado o que se lave con gel todo aquel que entra".

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Desescalada coronavirus A Coruña | Reapertura de grandes superficies

"Me he llevado mucho por poco dinero", contaba cargada con dos bolsas Marta de Castro, bien informada sobre las promociones de algunas tiendas para renovar la ropa con la que ir al gimnasio y a la playa. "Fui a tiro fijo y cotilleé un poco", admitía. "Estamos tanteando aquí y allá, pero algo ya hemos comprado porque lo necesitábamos", confesaban María Gómez y María Ángel, que comparaban la "tranquilidad" de Marineda a las 12.30 horas de ayer con la de "un domingo" con permiso para abrir. "Está todo muy bien organizado, no tenemos ninguna sensación de agobio. Hemos venido a devolver una prenda y a comprar otra, pero no hemos podido entrar en una tienda que está aún cerrada", decía una pareja, Silvia y Kadir.

La directora de Marineda City, Ana López, destaca el comportamiento "excepcionalmente bueno" de la clientela, que fue superior por la tarde. "Ha venido bastante gente en algún momento, pero nunca hemos tenido aglomeraciones, sino orden para moverse, entrar y salir de las tiendas o esperar. Ha sido un día de ilusión y emoción, como demostró el aplauso de los trabajadores de Ikea a los clientes", cuenta. En Marineda gran parte de la hostelería abrirá a partir de mañana.

Una sensación parecida tuvieron en el día de la reapertura dentro del estado de alarma por el coronavirus los responsables de otros centros comerciales, quienes coinciden también en atribuir a las "buenas temperaturas" y a las "ganas de ir a las playas" la afluencia "moderada" de clientes. "La tranquilidad es la nota dominante y, sobre todo, que la gente cumple: respeta las normas y tiene precaución. Ha estado entrando y saliendo gente, un poco más por la tarde que por la mañana. La hostelería ha estado algo floja", resume el gerente del Centro Comercial Los Rosales, Juan Carlos Losada.

"Estamos muy contentos porque llevábamos mucho tiempo preparando la reapertura del centro en las mejores condiciones de seguridad y hemos comprobado que los clientes han sido muy responsables. Ha sido una jornada tranquila", repasaba, tras un "día lioso" para ella, Jessica Fonticiella, gerente de Espacio Coruña.