El pabellón de Riazor, abierto el 22 de marzo para dar cobijo a la gente sin hogar durante la pandemia, cerró ayer. Durante su funcionamiento, pasaron por el centro 107 personas, de las cuales 11 abandonaron el dispositivo, 15 se reagruparon con sus familias y a 14 se les ayudó a encontrar un lugar en el que dormir. Cinco de ellas se incorporaron a un trabajo, dos volvieron a sus concellos natales y las demás dispusieron de un albergue o una habitación.