El número de plazas de residencias para mayores de 64 años no ha crecido al mismo ritmo que este sector de la población en la ciudad. En 2009, en el municipio había 1.170 plazas de residencias para 50.621 personas mayores de 64 años, diez años después, 1.343 para 60.340. Esto implica que el número de plazas en residencias creció un 14,7% mientras que la población lo hizo a un ritmo mayor, ya que aumentó un 19,2%.

Son cifras que pertenecen al Observatorio Urbano del Concello -aportados por la Consellería de Política Social y también por el Instituto Nacional de Estadística- que ahora amplía sus ámbitos de estudio, y que recogerá datos de movilidad y gestión de residuos, entre otros, para enfocar las políticas municipales a medio y largo plazo.

A un ritmo mucho mayor crecieron las plazas de los centros de día de la ciudad, si en 2009 había 434 plazas en estas entidades, el año pasado se cerró con 1.089 estancias. Supone un aumento del 250% en tan solo diez años, muy por encima del crecimiento de la población de 65 años y más.

En este histórico de datos, el año con mejor relación de plazas tanto en residencias como en centros de día, fue el de 2018, con 41 estancias por cada mil habitantes de 65 o más años -en 2019 fueron 40 por cada mil con las mismas plazas, pero más población-. El peor fue 2013, con tan solo 29 .

El presidente de la Sociedade Galega de Xeriatría e Xerontoloxía, Miguel Ángel Vázquez, defiende que las residencias no siempre son el mejor recurso para los mayores ni el más necesario, ya que muchas personas pueden afrontar el tramo final de sus vidas con ayuda en sus domicilios, sin necesidad de ingresar en una residencia.

El Observatorio Urbano contiene datos no solo de la oferta sino también de su naturaleza. En 2009, de las 1.170 plazas de residencias para mayores de 64 años, la mayoría (478) era de iniciativa privada. Siendo 246 públicas y 446 sociales, es decir, sin ánimo de lucro -suelen ser gestionadas por fundaciones o congregaciones religiosas-. La cifra de las plazas privadas fue en descenso con el paso de los años, llegando a ofrecer solo 228 en 2013 y 2015 -no se reflejan datos de 2010 ni de 2014-. Las plazas en residencias que se mantuvieron inalterables en estos diez años fueron las públicas, había 246 en 2009 y las mismas en 2019. El incremento viene en la parte social que, si bien partió con 446 plazas cerró 2019 con 625, las mismas que en 2018 y la cifra más alta en este decenio. El mayor salto se produjo en 2018, con un repunte en la iniciativa privada, ya que fue entonces cuando abrieron sus puertas la residencia de Portazgo y el Fogar Residencial Parque Zapateira. También en 2018, la residencia Remanso Claudina Somoza, de iniciativa social, dobló sus plazas, de las 59 que tenía pasó a ofrecer a sus usuarios 118 habitaciones.

En el caso de los centros de día, el aumento de plazas se reflejó en las tres categorías. En 2009, había 245 plazas de iniciativa privada, que bajaron a 239 en 2013, pero que empezaron el ascenso durante los años siguientes hasta cerrar 2019 con 484, casi el doble de las iniciales. El incremento más acusado se reflejó en las plazas públicas, ya que en 2009 había solo quince estancias de este tipo. En 2015 esta oferta subió a 230, una cifra que solo se mantuvo al año siguiente, ya que en 2017 y hasta 2019, se quedaron en 200 plazas. La iniciativa social arrancó con 174 puestos en 2009 y fue en ascenso durante los ejercicios siguientes, hasta llegar a los 405 a los que llegó en 2017 y que mantuvo hasta 2019. Son más del doble disponibles en diez años.

El Observatorio Urbano incluye estas cifras pero también el objetivo de sostenibilidad de este servicio enfocado a mejorar la vida de las personas mayores. En este apartado no hay números sino una declaración de intenciones, ya que apunta a que la meta en cuanto a las residencias de mayores de 64 años y de los centros de día es que aumenten "hasta la satisfacción de la demanda", es decir, hasta que no haya lista de espera para acceder a estos servicios.

La población de mayores de 64 años en la ciudad ha ido en aumento durante este decenio, con casi 5.000 personas más en este sector de los residentes desde 2009 hasta 2019. Vázquez defiende también que es necesaria la profesionalización de las personas que cuidan a mayores, para que estas personas reciban la mejor asistencia posible en sus viviendas y que, de este modo, no tengan que ingresar en residencias.