La aprobación del plan de choque con el apoyo de todos los grupos supone la primera ocasión en la que el Partido Popular respalda una iniciativa de gran calado del Gobierno local durante este mandato, ya que el único grupo que no aprobó el presupuesto de este año al no ser incluido en las negociaciones promovidas por el PSOE. Y también es una de las ocasiones en las que las discrepancias entre socialistas y Marea Atlántica se han hecho más evidentes desde la firma del pacto de gobernabilidad, aunque la portavoz de esta última formación, María García, aseguró ayer que este desencuentro "no tiene por qué afectar" a lo que definió como "alianza estratégica" porque durante la negociación del plan su grupo "nunca se planteó otra cuestión".

"No cambió absolutamente nada", manifestó la alcaldesa, Inés Rey, sobre la variación producida con respecto a las cuentas municipales, a lo que añadió que se trata de una "situación excepcional" y de un "plan de ciudad" inspirado por el consenso. Roberto Rodríguez, el portavoz del PP, coincidió en lo extraordinario del momento actual pero advirtió que la actitud de su partido fue la "ordinaria" porque siempre está dispuesto a negociar y que en la actualidad "el diálogo es más imprescindible que nunca".

Francisco Jorquera, portavoz del BNG, también firmante del pacto de legislatura con el PSOE, señaló que "en política hay que diferenciar planos y momentos" y que su grupo está "en contra de un gobierno de concentración", en alusión a un posible acuerdo con el PP, a pesar de que no rechaza negociar con este partido porque para los nacionalistas "no hay apestados".