Son malos tiempos para la lírica. Es difícil determinar cuándo se podrá volver a disfrutar de un concierto o un espectáculo. El cantautor coruñés Alejandro Roura quiso, como muchos otros, poner su granito de arena para llenar las horas de encierro del confinamiento sacando a la luz su primer disco, El ruido de las pestañas, una propuesta original y diferente que dista mucho de ser únicamente una experiencia musical. El disco propone, con una narración a cargo del periodista Javier Gallego, Crudo, un recorrido a través de una serie de historias surrealistas que terminan con un colofón final que explica todo el delirio previo. "Es un disco que requiere atención, predisposición a que alguien entre en tu cabeza y te haga pensar", resume el joven cantautor.

"Las canciones narran cuentos surrealistas, como el de un hombre que se clava un cristal y se convierte en ventana o una mujer que se evapora durante una ola de calor, se convierte en nube y llueve sobre A Coruña", ejemplifica. Las posibilidades del proyecto llevaron a Roura a querer ir más allá, por lo que la idea inicial era la de contar con la colaboración de artistas plásticos, poner en marcha una exposición con dibujos, preparar una presentación teatral de las tramas y convertir el proyecto, en definitiva, en una experiencia multidisciplinar. Aspiraciones que el Covid truncó y que tendrán que esperar, aunque no se puede decir que los primeros pasos del disco hayan marcado un mal comienzo. "Lo saqué en confinamiento porque ya me ardía en el ordenador y porque me pareció un buen momento a nivel mental. La gente buscaba con qué entretenerse, recibí muchos mensajes muy bonitos", revela.