Los comercios coruñeses han vuelto a coger el ritmo con la fase 2 de la desescalada. La flexibilización de las medidas y la reducción de los contagios han animado a los residentes a regresar a tiendas y restaurantes, en los que se vuelve a escuchar el familiar pitido de la tarjeta al pasar por el mostrador. Durante la última semana -contabilizada del 27 de mayo al 3 de junio- las compras han aumentado un 14,15% en comparación con la precedente, y un 61,31% respecto a las últimas cuatro. Se trata de una tendencia al alza, aunque siguen patentes los efectos de la pandemia, que sitúa a la urbe a un 19,22% del nivel de transacciones que registraba en los mismos siete días del año pasado.

El nivel de recuperación del sector en ese periodo frente al de 2019 es de un 80,78%, veinte puntos por debajo. Los datos los recoge el portal Pulso, que mide la salud comercial de los municipios españoles tomando como base los pagos con tarjeta en los TPV del Sabadell. Sus estadísticas contemplan diez áreas económicas, y media docena superan o están a las puertas de alcanzar los números del año pasado. La crisis sanitaria se percibe en el que ha registrado un mayor consumo, la salud, un sector que se dispara un 130,30%; seguido de unas compras en bricolaje y menaje para el hogar que, después de tantos días de encierro, aumentan un 56,92% frente a las de 2019.

Las grandes cadenas de supermercados, en las que se observaron colas durante semanas, tampoco se quedan atrás. A comienzos de año su actividad suponía el 30% de todos los gastos computados, pero con la expansión del virus inició una escalada que elevó el porcentaje al 71% en abril.

El mes pasado, la "nueva normalidad" redujo los gastos, y el pequeño comercio, que se había colado entre los sectores más demandados, también bajó. A pesar de las esperanzas de sus dueños, las tiendas de barrio no parecen haber conservado a las nuevas caras, y disminuyen sus operaciones desde el último mes. En comparación con el mundo preCovid, la bajada es de casi un 90%. Se trata del sector con una menor recuperación en la ciudad, seguido de las gasolineras, a los que las limitaciones en los desplazamientos mantienen con la mitad de su actividad habitual.

En el ecuador de la tabla, los restaurantes y las tiendas de ropa, con un nivel de recuperación del 61,12 y 68,91% respectivamente. Prácticamente igual que el año pasado están la electrónica y el sector de la reparación, así como el de la belleza, una de las sorpresas entre las cifras con un repunte del 8,28%.

Puede que los coruñeses hayan querido alistarse tras el confinamiento, pero se nota que el bolsillo se ha aligerado. El dinero en caja ha descendido en la mayoría de los sectores, y hoy se gasta en torno a 40 euros menos en electrónica y reparación. Las subidas se producen de nuevo en los supermercados, en los que se gastó esta semana una media de seis euros más que en la misma de 2019. Los totales apenas difieren, y suman la cantidad simbólica de dos euros a un comercio que parece que echa a andar de nuevo, paso a paso.

Mayo, en positivo

La tendencia general es de crecimiento. El tejido de la ciudad dobló su actividad durante el mes de mayo, aunque se nota el mordisco que ha sufrido el turismo. Durante los últimos 30 días, el gasto de tarjetas extranjeras es solo el 23,52% del mismo periodo de 2019. La provincia registra un golpe mayor -se sitúa en 10,17%-, y se queda a un 21,96% del consumo que registraba en mayo del año pasado.