El responsable del área de movilidad de la empresa Eptisa, Javier Vázquez, ha elaborado un trabajo sobre cómo serán los desplazamientos en la llamada "nueva normalidad". Apuesta por reducir carriles para eliminar la doble fila y también por el patinete eléctrico como aliado en el camino hacia una movilidad sostenible.

¿Cómo nace este estudio?

A raíz del confinamiento y de los cambios que sufrimos, mis compañeros y yo empezamos a pensar en qué iba a pasar después, si todo el trabajo que habíamos hecho en movilidad para ayuntamientos y compañías de transporte iba a servir para algo o no. Queríamos intentar ver qué líneas había que seguir para no dar pasos hacia atrás.

En el estudio ya dicen que la vieja normalidad, la de la contaminación y la del abuso del coche privado ya no la quiere nadie...

Ya hace unos años que la gente se da cuenta de que el coche, sobre todo en las ciudades, es un foco de ruido, de molestias y de contaminación, pero esta situación nos abrió los ojos y nos hizo ver, sobre todo a aquellos más reacios, que los cambios son posibles.

En A Coruña, la reestructuración de las rutas y las frecuencias del bus es la eterna promesa, ¿sería un buen momento ahora con todos estos cambios o sería mejor esperar para ver cómo se adaptan los vecinos a sus nuevas rutinas?

El mayor problema al que se va a enfrentar el transporte público, también en A Coruña, es el miedo de los usuarios al contagio. Pueden ver el bus como un foco potencial de contagio, sin embargo, no son menos buenas las situaciones que se dan en el bus que en una terraza o en un comercio. Los cambios tienen que ir por mejorar la ocupación de los buses sin perder capacidad, de modo que intenten llevar el mismo número de personas por hora, circulando a una velocidad mayor, pero haciendo más viajes, e intentar que no se vea afectado su uso por un previsible incremento del coche.

¿Y cómo se puede conseguir?

Hay muchas medidas que se pueden tomar sin necesidad de cambiar el contrato con Tranvías, como prioridad semafórica, vía reservada en ciertas calles de alto tráfico... A largo plazo sí que sería interesante hacer un reestudio de toda la red para mejorar su eficiencia.

¿En qué lugares de la ciudad sería fácil actuar para mejorar la movilidad tanto a pie como en bici para ir comiéndole espacio al vehículo privado?

Un ejemplo muy claro lo tenemos en el paseo marítimo. Estos días se ha eliminado un carril y no ha pasado nada, incluso se ve un efecto beneficioso. Sabemos que actualmente la movilidad de la gente es muy reducida pero no es necesario tener dos carriles por sentido ni tres. Es una vía en la que se puede eliminar un carril y eso nos va a ayudar a garantizar el distanciamiento social entre la gente que va a pie o en bicicleta. La mejor medida que hay para que la velocidad de tránsito de los coches sea la más adecuada para una ciudad es que los carriles sean los adaptados a esa velocidad. En Ingeniería, hemos dimensionado siempre las ciudades con normativas de carreteras. Analizamos cuántos coches pasan por una vía o van a pasar y, en función de eso, dimensionamos los carriles que tiene que tener. Eso podría ser distinto, tendría que ser al revés, pensar cuántos coches queremos que pasen y, en función de eso, habilitamos los carriles necesarios. Inevitablemente, el tráfico se va a adaptar a los carriles que hay.

¿En qué vías se podría aplicar esa filosofía en A Coruña, que ya está diseñada y tiene sus flujos de tráfico marcados?

Podríamos actuar en las rondas para ganar espacio. Parece impensable quitarle carriles de circulación, pero quien las usa habitualmente ya sabe que siempre hay coches en doble fila y que los carriles efectivos de tráfico son menos de los que hay dibujados.

¿Con un solo carril se resolvería el problema de la doble fila?

La mejor manera de luchar contra la doble fila es eliminar la posibilidad de dejar el coche parado en la calle, que los carriles que tengamos de circulación sean los necesarios para que la calle tenga fluidez. Hoy en día hay un montón de herramientas informáticas y de Big Data con las que se pueden hacer simulaciones para ver cuál es la situación óptima y para conseguir el equilibrio entre la movilidad sostenible y el vehículo privado.

Caminar más, ir en bus o en bici requiere más espacio y también implica, por ahora, dejar el coche en casa, pero muchas personas no tienen garaje, ¿hay solución a este problema?

Es un tema polémico. Tenemos desde la visión del alcalde de Pontevedra, que defiende que por comprarte un coche no tienes derecho a aparcarlo en la calle hasta la de los que creen que hay que habilitar plazas donde reside la gente y donde trabaja. Hay que llegar a un equilibrio. Hay que hacer un análisis profundo de las necesidades de aparcamiento y a qué se deben. En Monte Alto o Eirís, la existencia de aparcamientos privados en los edificios es muy limitada, sin embargo, en Las Pajaritas, estos días había muchas plazas porque están relacionadas con el trabajo. Ahora están en auge los planes de transporte al trabajo, que son documentos que analizan cómo se desplazan los trabajadores a las empresas y, con esa base, elaboran unas medidas para reducir desplazamientos y que los que se hagan sean eficientes y sostenibles. En algunos lugares, estas medidas van acompañadas de beneficios fiscales.

¿Se fomentarán este tipo de medidas?

De ahora en adelante, creo que sí porque, además, beneficia a la imagen de la empresa.

Ahora nos espera más ir a pie, más bici y más bus...

Y más patinete, que parece el apestado de la movilidad, pero hay que buscarle un sitio. Es una alternativa buena, sobre todo, porque nos da miedo que la gente que teme ir en bus vuelva a utilizar el vehículo privado.