A pesar de su reducida dimensión territorial, el municipio coruñés cuenta con una ventaja diferencial para la expansión de su espacio público en comparación con otras ciudades: la existencia de una amplísima superficie próxima a ser liberada en los muelles que dejarán de tener actividad portuaria y sobre la que la mayoría de fuerzas políticas coinciden en que debe ser utilizada para modificar la relación entre zonas edificadas y de uso común.

"El puerto es una oportunidad para la ciudad y llevo tiempo defendiendo que no solo lo es por el puerto en sí mismo, sino por la oportunidad de que sea una pieza de equilibrio urbano que no solo permita transformar ese espacio sino que las actuaciones que se hagan en ese espacio puedan equilibrar otras zonas de la ciudad", manifiesta Luciano Alfaya, quien destaca que determinados barrios de A Coruña tienen un escaso porcentaje de espacios libres.

En su opinión, los nuevos espacios que se generen en los muelles que queden liberados "sería viable que ayudasen a equilibrar otros barrios y no solo creasen una gran bolsa de suelo en ese lugar. Si no, aún habrá una mayor diferencia entre barrios". Sobre esta cuestión, recuerda que el proyecto de investigación urbanística que él mismo dirigió bajo la denominación de A Cidade dos Barrios puso de relieve situaciones como que "en el Agra do Orzán apenas hay espacios en que la luz del sol llegue a tocar la calle", aunque también reconoce que "hay factores en los que la densidad de población tiene muchísimos factores positivos".

Alba González Vilar fue una de las componentes del equipo que elaboró el proyecto bautizado como Porsuporto, ganador del concurso municipal convocado durante el anterior mandato para plantear propuestas con las que modificar los terrenos portuarios una vez que se integren en la ciudad, por lo que tiene un conocimiento profundo de esta cuestión. Para ella, es "esencial" el planteamiento que realizó el anterior Gobierno local en relación a que parte de los terrenos de esos muelles tiene que ser de titularidad pública.

También destaca que una parte del puerto "ya debería estar desafectada, como el muelle de Calvo Sotelo", debido a que carece de actividad económica, y califica de "básico" que si hay zonas que no se usan a ciertas horas sean abiertas "para ser ocupadas temporalmente por los ciudadanos". González entiende que la utilización de estos espacios por la ciudadanía coruñesa "es una oportunidad increíble porque además es un terreno inmenso en el que hay unas zonas de trabajo muy marcadas y otras están libres", por lo que considera muy necesario ahondar en este tipo de propuestas.

También Enrique Seoane ve los terrenos que en el futuro la Autoridad Portuaria dejará de utilizar como una oportunidad, pero "no tanto por la superficie, que es importante, sino por dónde están". Este profesor de Urbanismo y Ordenación del Territorio considera que la "proximidad y accesibilidad" que tienen los terrenos del puerto "al extenderse desde As Xubias hasta la ciudad histórica es una ventaja estructural en la propia configuración urbana de A Coruña".

Para Seoane, si la actual actividad de la mayoría de los muelles se traslada al puerto exterior "es posible una relación con el agua mucho más urbana y amable y menos sesgada por un uso casi industrial". Para proporcionar una visión de lo que podría suceder con la recuperación para la ciudad de esos terrenos, recuerda cuando en su juventud iba a trabajar desde su casa a través del puerto, cuando en la actualidad está prohibida la circulación de personas ajenas a su actividad, así como que "como no había after hours, se iba al bar del puerto, donde se compartía el espacio con los marineros y los exportadores de pescado".

Por esta razón, que la ciudadanía coruñesa tenga el espacio litoral, "no solo el de la playa, sino el orientado hacia la ría, con posibilidad de acceder a él y casi tocar el agua, e incluso participar de algún tipo de actividades que son propiamente portuarias es una gran oportunidad". Sobre este aspecto añade que en los terrenos cuya liberación está prevista en los próximos años "no solo caben actividades de ocio, sino también equipamientos e incluso residencias de tipo lucrativo", aunque esta última cuestión genera un gran debate.