Hércules de Armamento, la concesionaria de la fábrica de armas hasta febrero pasado, amplió su capital para poder presentarse al concurso público convocado en 2014 por el Ministerio de Defensa para gestionar la planta de Pedralonga mediante una "deuda ficticia" transformada en capital y generada con unas facturas, y su IVA correspondiente, que "no se corresponden con la realidad".

El uso de estas facturas "con conocimiento de su falsedad formal", por supuestos trabajos solicitados a empresas vinculadas para desarrollar el plan industrial de la fábrica, lo recoge el Tribunal Superior de Xustiza de Galicia (TSXG) en una sentencia del pasado 28 de febrero que tumba un recurso de Hércules contra un acuerdo del Tribunal Económico-Administrativo Regional (TEAR) de finales de 2018 que señala que el IVA de las facturas relacionadas con las firmas Couto y Arévalo y Bussinessnear no son deducibles, "al tener como origen actividades no reales". El anterior comité de empresa de la factoría había denunciado de forma reiterada irregularidades tributarias de Hércules y fraude en la propia adjudicación.

La empresa, dirigida por Ramón Mejuto, se constituyó en diciembre de 2013, menos de un año antes de ganar el concurso de la fábrica de armas, con 3.000 euros de capital social. Para poder presentarse al proceso convocado por Defensa debía cumplir el requisito indicado en el pliego de condiciones del concurso y contar con 610.000 euros. La fórmula para obtener fondos fue, mediante las facturas giradas a esas empresas vinculadas, "generar una deuda ficticia (y con esto un IVA ficticio) que luego transformaría en capital de Hercules de Armamento para poder cumplir con la exigencia que imponía el concurso de la fábrica de armas", señala el fallo del TSXG, razón por la que rechaza el recurso. La sentencia puede ser recurrida ante el Tribunal Supremo.

Los trabajos que Hércules encargó a Couto y Arévalo y a Bussinessnear tenían que ver con la planificación y el desarrollo del proyecto de rehabilitación de las instalaciones de Pedralonga, incluidas negociaciones con administraciones e interacciones con empresas relacionadas, clientes o inversores, precontratos, cartas de compromiso y gestión de medios de comunicación. También solicitó consultorías técnicas del sector aeronáutico, análisis ténicos y financeiros de distintos sectores industriales.

"La numeración de las facturas que refleja el acuerdo de ampliación de capital y las que figuran en el libro de facturas recibidas no coinciden en el caso de Bussinessnear, y las de las dos empresas [en referencia también a Couto y Arévalo] tienen fecha posterior a la ampliación de capital", recoge el fallo.

Hércules alegó en su recurso que los trabajos facturados por las sociedades vinculadas fueron reales, por lo que procede la devolución del IVA. Pero el abogado del Estado del TEAR señaló indicios para negarlo, entre ellos "la carencia de medios personales suficientes y carentes de titulación", mismos servicios realizados por otras empresas y falta de documentación que justificase el valor añadido de los trabajos.

Los magistrados del TSXG concluyen por su parte que la empresa Couto y Arévalo, con "lazos personales muy estrechos" en su vinculación con Hércules, carecía de personal para acometer los trabajos encargados, al igual que la otra firma; que ninguna aporta "objetivos que justifiquen la realización de los trabajos"; y que se encargó el plan de negocio a otras sociedades.

Tras la revocación de la concesión a Hércules, la fábrica de armas ha sido adjudicada a la Universidade da Coruña para implantar desde este año su proyecto tecnológico Ciudad de las TIC.