La coordinación de los proyectos de remodelación de la terminal ferroviaria por parte de Adif y de la construcción junto a ella de la nueva estación de autobuses por parte de la Xunta de forma que no se entorpezcan mutuamente es el último inconveniente que debe salvarse para que ambas administraciones, además del Concello, firmen el convenio que deberá establecer las obligaciones de cada una de ellas en esta actuación, presupuestada en 48,5 millones de euros y con un plazo de ejecución de 28 meses.

"Tenemos un borrador muy ultimado de convenio con Xunta y Adif que estamos pendientes de rematar, es cuestión de flecos finales y quiero pensar que no tardemos mucho en cerrarlo", señala el concejal de Urbanismo y Movilidad, Juan Díaz Villoslada, quien detalla que las cuestiones pendientes se refieren a "incompatibilidades que hay que salvar para que haya una coordinación técnica a la hora de empezar la Xunta a ejecutar la estación de autobuses y Adif la remodelación de la zona ferroviaria".

Cuando el organismo ferroviario advirtió de los problemas que existen sobre esta cuestión mencionó "cimentaciones, estructuras, redes de saneamiento, condiciones de evacuación de incendios, plazas de aparcamiento y procedimientos constructivos propuestos" entre los elementos que deberían ser revisados para evitar interferencias entre los dos proyectos.

"Hay indicios de que estamos en la fase final", pone de relieve Villoslada, para quien "las tres administraciones tenemos el máximo interés en que esto vaya adelante", aunque Adif anunció hace un mes que retrasaría a 2021 la licitación de las obras de la estación del tren, cuando en junio del año pasado se consideraba inminente la puesta en marcha de ese proceso administrativo.

"Todos nuestros deberes los estamos cumpliendo a rajatabla y tratando de acelerar todo el proceso, que es francamente complejo", advierte Villoslada en referencia a las actuaciones que debe realizar el Concello para que el proyecto pueda comenzar. Entre ellas figuran las dos modificaciones que deben introducirse en el plan general, la primera de las cuales afecta a la avenida de A Sardiñeira y se aprobó en el pleno a principios de este mes, mientras que la segunda, que comprende los terrenos ferroviarios, será sometida al examen de la Corporación próximamente. El responsable municipal de Urbanismo añade que el Concello tendrá también elaborado a tiempo el proyecto de los nuevos accesos a la estación.

Adif todavía no contestó a la propuesta de convenio, en cuyo texto figura que se comprometerá a redactará proyectos de obras incluidas en su actuación al mismo tiempo que se desarrollen otras que serán ejecutadas por Xunta y Concello. El objetivo es impedir que el retraso en el inicio de los trabajos por parte del organismo ferroviario afecte también a los que deben efectuar las otras dos administraciones implicadas.

Desde que se puso en marcha el proyecto de la intermodal coruñesa, los desencuentros entre Xunta, Adif y Concello no han cesado de producirse, hasta el punto de que el Tribunal de Cuentas llegó a recriminárselo en un informe sobre casi un centenar de contratos paralizados por el organismo estatal entre 2014 y 2017 entre los que se hallaba el de la estación coruñesa. Cuentas acusó a las tres partes de no ponerse de acuerdo para elaborar los proyectos básico y constructivo de esta actuación y que no hubiesen sido capaces de llegar a un acuerdo sobre el convenio que debe establecer las obligaciones de cada una de ellas.

Aunque finalmente Adif dé su visto bueno a ese texto, todavía habrá que ver si eso implica una marcha atrás en su decisión de posponer al año que viene la licitación de las obras que tendrá que acometer. Tras haber anunciado el delegado del Gobierno en Galicia, Javier Losada, que los trabajos saldrían a concurso el verano pasado, el organismo justificó después la demora en que el Gobierno central se hallaba entonces en funciones y no podía tomar esa decisión. Tras las elecciones de noviembre sí pudo formarse un nuevo Ejecutivo, pero Adif atribuyó en ese momento la imposibilidad de licitar el proyecto a que debía hacerse compatible con el que tendrá que desarrollar la Xunta, ya que algunas de las actuaciones previstas se hallarán muy próximas unas de otras.

El inconveniente señalado entonces por Adif causó el desagrado de la Consellería de Infraestruturas, que consideró que no puede ser justificación para un nuevo retraso en la ejecución de la intermodal.