Padres y jóvenes coruñeses beneficiarios del programa municipal Becas USA, cancelado la pasada semana, se concentraron ayer ante el Concello para pedir alternativas que permitan a los estudiantes cursar estudios en Estados Unidos el próximo año escolar. "Los niños están hechos polvo y frustrados", resume María, madre de uno de los jóvenes afectados.

Las familias denuncian que no recibieron comunicación alguna por parte del Gobierno Local que les informase de que las becas quedaban suspendidas, ya que fue la propia empresa adjudicataria la que se encargó de comunicarlo a dos meses del inicio del curso. "Pedimos, igual que se reunieron con nosotros en su momento para iniciar los trámites, que nos reciban ahora para discutir posibles soluciones", apunta la progenitora. Una reunión que el concelleiro de Educación y Cultura, Chero Celemín, se comprometió personalmente a fechar para esta misma semana.

Piden, mediante una carta entregada en el Registro y dirigida a la alcaldesa, que se considere la situación y se acuerde una solución, ya que detrás de las becas se encuentra "el esfuerzo y el trabajo" de los estudiantes, que se han implicado durante el curso pasado para lograr las calificaciones necesarias para ingresar en el programa y optar a la ayuda.

Alegan que la mayoría de los trámites, tales como la matriculación en los institutos americanos, la asignación a las familias de acogida americanas y las vacunas pertinentes están ya realizados y que el anuncio de la cancelación les deja sin muchas alternativas, con los plazos de matrícula cerrados en los institutos de A Coruña y la moral de los estudiantes por los suelos. "Muchos ya se habían comunicado con sus familias de acogida, no había ningún problema. La mayoría iban a pueblos y regiones pequeñas sin casos de Covid-19", argumentan.

Por su parte, el Gobierno Local señala las cifras de contagios actuales de EEUU como el principal motivo que precipitó la cancelación del programa, y alega que, dada la situación que atraviesa el país "no puede garantizar a los alumnos su integridad", por lo que "no pondrá en riesgo la salud de ningún alumno coruñés". El Ejecutivo tiene la intención, asimismo, de ofrecer a los escolares la opción de adquirir "un dominio avanzado de la lengua inglesa" a través de la realización de un curso equivalente al año perdido.

Un argumento que, no obstante, no resulta suficiente para las familias, que se muestran dispuestas a asumir las consecuencias derivadas de la nueva situación a fin de cumplir con lo acordado en el programa. "Sabemos que las condiciones del curso serán diferentes, pero también lo serán aquí y para todo el mundo. Nos ha costado mucho esfuerzo conseguir esta beca", lamenta Pablo, uno de los jóvenes afectados, que ha visto, en pocos días, cómo sus ilusiones de pasar un año en West Mountain se desmoronaban.

Respecto al posible riesgo de contagio que pueda existir más allá del charco, padres e hijos consideran que no es muy diferente en uno u otro continente, ya que Estados Unidos ha emprendido ya el proceso de vuelta a la normalidad. "El Ayuntamiento toma esta decisión en el momento en el que recibimos más noticias de que la cosa mejora. Las familias de allí nos dicen que las medidas que se están tomando son similares a las de aquí, están volviendo a la normalidad, si supiésemos que hay riesgo, seríamos los primeros que no mandaríamos a nuestros hijos", alega Luis Pérez, padre de otro de los jóvenes beneficiarios.

La empresa adjudicataria, por su parte, ha ofrecido a las familias que así lo deseen la posibilidad de seguir adelante con el proceso si asumen ellos mismos los costes que de otro modo cubriría la beca, una opción que la mayoría descarta debido a los elevados gastos que acarrearía costear el curso escolar y la estancia de un año en el continente. "El nivel de renta pesa mucho en el proceso de las becas. Son solo 60 estudiantes los que las han conseguido, la mayoría tiene recursos limitados y no pueden pagar una estancia en el extranjero por sí mismos", explica Luis Pérez.