El programa municipal A Flote, creado en 2016, invirtió el año pasado más de 200.000 euros en proporcionar ayudas de vivienda para vecinos en situaciones de emergencia. Según el informe del programa correspondiente al año 2019, hay dos clases de circunstancias que se combinan para llevar a personas residentes de la ciudad a pedir ayuda ante la posibilidad de quedarse sin casa. Una es la dificultad para conseguir ingresos para las personas en riesgo de exclusión social. Pero esto se suma con "dos aspectos claves de la economía actual": el elevado precio de subsistencias como la electricidad, y el "incremento continuado del precio de los alquileres". En A Coruña, según señala el informe, el precio medio del alquiler subió entre 2014 y 2019 en casi 100 euros, desde 403 a 502 euros mensuales. Esto supone un aumento de cerca del 25% en tan solo cinco años.

Según señala el informe del programa, gestionado por el Concello y la Fundación Emalcsa con la ayuda de otras entidades como Inditex y la Fundación La Caixa, la combinación de una situación familiar pauperizada y el incremento de precios supone una mayor dificultad para pagar. Y si existe algún tipo de imprevisto, algo común en personas con falta de redes de apoyo, dificultades de inserción laboral o cargas familiares, "las posibilidades de impago son elevadas".

El informe pone también de manifiesto la existencia de un mercado negro de vivienda en A Coruña, con precios elevados para la calidad de la oferta y escasas garantías para el inquilino. El informe destaca que "casi la mitad de las personas beneficiarias no tenían contrato de alquiler en su vivienda". Esto, apunta el informe, indica una "mayor indefensión y urgencia" si no pueden pagar un mes. Un desahucio legal tiene plazos y procedimientos que dan margen al ocupante, pero si no hay contrato, este "queda a expensas del propietario", lo que genera "una situación de emergencia mayor".

A Flote concedió en 2019 un total de 460 ayudas, a 327 personas o unidades familiares que suman cerca de 700 personas y de 250 menores. Algo más del 43% de las subvenciones fueron para alquilar habitaciones, de las que, el programa A Flote pagó habitualmente un mes. Vivir en habitaciones es muy frecuente entre los inmigrantes africanos que pidieron ayuda al programa. Está, señala el informe, "muy concentrado geográficamente y puede suponer de modo indirecto un indicador de las bolsas de precariedad habitacional dentro de la ciudad"; en concreto, se concentra en el código postal 15007 (Os Mallos y Sagrada Familia). El importe mensual varía ampliamente, pero más del 54% costaban entre 150 y 200 euros, al mes y otro 23,1% más de 200.

Otro 31% de las ayudas se destinó al pago de alquileres de viviendas completas, normalmente de solo una mensualidad pero en algún caso hasta seis. Cerca del 43% de los arrendamientos tenían un importe mensual de entre 300 y 400 euros.

El 8,8% de las subvenciones de A Flote se destinaron al pago de fianzas, si bien en algunos de estos casos también se abonaron las primeras mensualidades del alquiler. Otro 6,3% fueron para alojamientos temporales, el 7,8% al pago de suministros y el 2,2% a otros gastos.