A Coruña concatena por undécimo año consecutivo datos de siniestralidad viaria por debajo del millar. Antes de 2008 resultaba habitual que las cifras de accidentes de tráfico en la ciudad subiesen de las cuatro cifras. Con la mirada más atrás, antes del cambio de milenio (entre 1998 y 2001), los informes anuales de la policía dejaban balances por encima de los dos millares de accidentes. La renovación del parque móvil de la ciudad con la incorporación de medidas de protección activa y pasiva en los vehículos, así como las cada vez más duras exigencias de moderación de la velocidad en los trazados urbanos contribuyen, a juicio de los expertos, a que A Coruña se apunte al retroceso en la siniestralidad de los últimos 20 años, por otra parte, común a toda España. Aún así al desgranar las cifras se observa un repunte del 33% respecto de 2013, y una bajada de algo más del 4% entre 2018 y 2019.

Si se ponen los indicadores sobre siniestros de tráfico que recoge el último Observatorio Urbano del concello, en comparación con 2013, se observa una diferencia al alza del 33%. En 2013 el balance de la policía dejaba constancia de 833 accidentes de tráfico en zona urbana, respecto de los 947 del año pasado. Desde ese 2013, la secuencia marca un zigzag de subidas y bajadas suaves, a modo de colinas

—943, en 2014; 909, en 2015; 905, en 2016; 860, en 2017 y 990 en 2019—.

La ratio de siniestralidad por cada mil habitantes se sitúa en 2019 en 3,9, la segunda más elevada del lustro, tras 2018, cuando se alcanzaron los 4 accidentes por cada mil ciudadanos.

Dos personas fallecieron en los siniestros de 2019 —en sendos atropellos "con unas condiciones especiales y situaciones puntuales" especifican fuentes de la policía local— una menos que en 2018 y 2017, y las mismas que en 2016. Hay que retrotraerse hasta 2004 para encontrar los peores datos al respecto que colocan el año 2003 como el año más negro del tráfico rodado en la ciudad, con 15 víctimas mortales en accidente. En cuanto al número de heridos, se aprecia una estabilidad. Los 435 del año pasado suben el promedio de la última década situado en las 396 personas que resultaron lesionadas en los incidentes.

Como indican las mismas fuentes, en el balance del Observatorio no se contabilizan los accidentes que no implican intervención policial y que se resuelven con acuerdos amistosos. Aún así, "los datos de accidentes en los últimos cinco años son constantes y se mantienen". "En una ciudad media como la nuestra, se producen unos dos accidentes diarios, con un parque automovilístico que se sitúa en torno a los 140.000 vehículos, son cifras que parecen razonables", especifica la fuente.

Para Enrique Urcola Fernández-Miranda, decano del Colegio de Caminos, Canales y Puertos de Galicia, la disminución del número de accidentes en la década guarda relación con la renovación del parque móvil "contando ahora con vehículos que tienen medidas de seguridad activa y pasiva mucho mejores" y con las propias estrategias de la Unión Europea de "reducir a la mitad el número de fallecidos en accidente de tráfico". "Se ha ido a una cada vez más estricta obligación del cumplimiento de las normas de seguridad, que en el caso de las ciudades, implica el respeto a la señalización y la reducción de la velocidad", especifica Urcola. Según su criterio, "el número de muertos en los accidentes de la ciudad es bajo". En A Coruña durante 2019 fueron 2 personas en casi 1000 accidentes. A nivel global, la tasa de fallecidos por 1000 accidentes urbanos con víctima es de 8, relata.

Silvia Vázquez, vicepresidenta de la asociación provincial de autoescuelas y gerente de la Autoescuela Oza, introduce una variable inesperada en el análisis de los datos: el WhatsApp. "Aparece en 2009 y se empieza a generalizar en 2011" recuerda y pone datos sobre la mesa: " El 40% de los accidentes son por culpa de distracciones de conductores, de manera muy importante WhatsApp, serían un 70% de ese 40%". Según su criterio, entre 2016 a 2018, el repunte en la siniestralidad en A Coruña, "se notó por la tercera ronda". Hasta ese momento, como recuerda, "la única vía con velocidad notable era Alfonso Molina, pero no se suele ir muy rápido por la congestión". Con la tercera ronda, afirma convencida, "hubo un incremento de accidentes y accidentes graves, la circulación es más fluida y hay velocidades más altas".

"Hemos mejorado nuestros vehículos y también a nuestros conductores.; el siguiente paso en el incremento de la seguridad vial vendrá por la mejora en el diseño de las ciudades", añade Urcola. El decano de los ingenieros gallegos de caminos asegura que "los viales específicos y las reducciones de velocidad serán determinantes" en sus trazados. En el caso concreto de A Coruña, el Colegio que preside participa en la Mesa de Movilidad creada por el Ayuntamiento "a través de representantes en los grupos de transportes; gestión de la circulación y el estacionamiento; accesibilidad universal y humanización; vías ciclistas y VMP; Regulación Normativa da Movilidad y accesos a Polígonos Industriales". "Uno de los frutos de este trabajo conjunto es la publicación de la nueva normativa para vehículos de movilidad personal, que significará un incremento importante de la seguridad vial", asegura.