¿Son las peluquerías un lujo o un servicio esencial? Las posibles respuestas a esta pregunta han cobrado un nuevo cariz tras los meses de estado de alarma, un periodo en el que muchos han echado de menos este servicio más de lo que esperaban. Los salones de estética llegaron a considerarse, en un primer momento, negocios esenciales, aunque más tarde el Gobierno se vio obligado a rectificar y retirarlos del reducido número de servicios que podían permanecer operativos en confinamiento.

Con el debate sobre la mesa, los salones y peluquerías han decidido mover ficha y movilizarse contra lo que consideran condiciones abusivas que pesan sobre el sector. El principal enemigo a batir, el IVA del 21%. "Desde la subida del IVA, el sector de la peluquería y la estética está sufriendo una crisis, la cual se ha visto empeorada por el estado de alarma", alega una de las coordinadoras de la iniciativa en A Coruña, Hermen Porteiro, propietaria de la peluquería Kobres.

La de Hermen Porteiro es una de las voces que se han sumado en la ciudad a una convocatoria extendida a nivel nacional, Creer en nosotros, que busca luchar por un reclamo común, un propósito para el que piden apoyo y colaboración de otros salones de la ciudad. "Por ahora somos cuatro peluquerías en A Coruña, queremos que esto se sepa para que la gente se vaya sumando", expone Porteiro.

Como medida de presión para lograr que sus demandas sean escuchadas, las peluquerías y locales de estética de todo el país plantean cerrar sus puertas, de forma coordinada, durante un día, que todavía está por fechar y para el que probablemente también se convoquen una serie de concentraciones. Son, por ahora, alrededor de 90 profesionales de toda España los que se han comprometido con la plataforma, que sigue creciendo a medida que la iniciativa va pasando de boca en boca.

No es para menos: la reapertura tras el estado de Alarma ha dejado a los salones en una situación insostenible para muchos, ya que el panorama que se presenta no parece indicar que vaya a haber una recuperación de todo lo perdido durante los meses de parálisis, como señala la profesional: "Algunos salones se están planteando el cierre, muchos otros ni siquiera podrán abrir". Definen la suya como una iniciativa apolítica y exenta de colores e ideologías, una línea que planean seguir manteniendo conforme vayan creciendo los inscritos. "Queremos reclamar lo que es justo, nada más", zanja Hermen Porteiro.