El tren que enlazará A Coruña y Oporto, que la compañía Arriva preveía comenzar a operar este año, está en fase de "revaluación", como otros nuevos proyectos de la empresa. Fuentes de Arriva apuntan a este periódico que "la nueva situación", en alusión a la sucesión desde el mes de marzo de las fases de confinamiento, desescalada y nueva normalidad debidas a la pandemia del Covid-19, ha modificado la demanda de transporte y la operatividad del mismo por las "medidas de seguridad" establecidas para evitar contagios. Por este motivo, sus proyectos, entre los que está la conexión internacional directa entre A Coruña y Oporto, "se están revaluando".

Cuando la Comisión Nacional de los Mercados y la Competencia avaló en mayo de 2019 el tren privado entre las dos ciudades retrasó la pretensión de iniciar la actividad al año 2020, tras haberla situado previamente a mediados de 2019. La previsión estaba vinculada a que los administradores de infraestructuras ferroviarias de los dos países culminasen las obras necesarias para electrificar la totalidad de la línea. Esta actuación todavía no está finalizada, por lo que ahora son más inciertos los plazos para determinar el arranque del servicio.

Arriva, que pertenece a la compañía alemana Deutsche Bahn, planteó en 2018 la conexión entre A Coruña y Oporto, dos ciudades no unidas por tren directo y cuya ruta exige apearse en la estación viguesa de Urzaiz para desplazarse con poco margen de tiempo a la de Guixar y poder entrar en Portugal. La propuesta fijaba una duración del trayecto de 170 minutos, inferior al tiempo que lleva en la actualidad desplazarse por tren entre las dos ciudades (más de cuatro horas y media contando el periodo de transbordo) y por carretera en vehículo particular y por autopistas (tres horas y cuarto).

Esas dos horas y 50 minutos estimados estarían condicionadas a la electrificación de la línea tanto en territorio gallego como luso, pero justo hace un año aún quedaban por electrificar dos trayectos en Galicia (entre Guillarei y Tui y entre Redondela y Arcade) y uno en Portugal (entre Valença do Minho y Tui). Solo el de Guillarei y Tui, de cinco kilómetros, se adjudicó en junio de 2019, con la previsión de que los trabajos durasen seis meses y una inversión de 1,9 millones de euros. A esta actuación hay que añadir, por 4,6 millones, el suministro de más potencia a las subestaciones de Guillarei, Sela y Redondela. Por entonces, Deutsche Bahn también informó de que iba a poner a la venta Arriva, proceso que no se ha completado.

El plan de la empresa recoge cuatro horarios de ida y vuelta entre A Coruña y Oporto, con trenes que saldrían simultáneamente de Galicia y Portugal a las 8.00, 12.00, 16.00 y 20.00 horas. Las paradas intermedias serían Santiago, Vilagarcía de Arousa, Pontevedra y Vigo en territorio gallego y Nine (con conexión a Braga) en suelo portugués. Arriva emplearía trenes Talgo de 220 plazas.

Competencia avaló la conexión directa entre A Coruña y Oporto en mayo pasado y rechazó las alegaciones que había presentado Renfe, la empresa pública que cubre el servicio en Galicia, que alertaba de "importante menoscabo" en sus ingresos por la reducción de pasajeros. Competencia, en cambio, concluyó que el nuevo servicio mejoraría la oferta actual y no causaría a Renfe un desequilibrio económico. Renfe y Adif también cuestionaron que Arriva pudiese realizar el viaje entre las dos ciudades en los tiempos anunciados, menos de tres horas, debido a la falta de electrificación total de la línea.