La concejal de Medio Ambiente, Esther Fontán, comparó ayer la tranquilidad con que transcurrió la celebración de la noche de San Xoán con la tensión y la confusión que se vivió el lunes en el paseo marítimo por el exceso de aforo en las playas, colas de bañistas esperando para entrar, la pleamar y los errores que se produjeron en el sistema de control de acceso a los arenales mediante conteo de bañistas y semáforos. Técnicos municipales revisaron ayer el sistema instalado en arcos en distintos accesos a las playas de la ciudad para ajustar el mecanismo. Fontán comentó que su funcionamiento mejorará los próximos días y ya no deparará problemas.

Lectores infrarrojos situados en los arcos recogen el número de personas que entran y salen de las playas. Con esos datos un programa informático calcula cuánta gente cabe en determinado arenal en tiempo real teniendo en cuenta la superficie que la marea deja libre. El dispositivo está conectado con semáforos en cada acceso que se ponen en rojo cuando se alcanza el límite de capacidad.