El olor a desinfectante se mezclará pronto con el de las palomitas en los cines de A Coruña. Dos de las tres compañías que operan en la ciudad abrirán finalmente hoy sus puertas para volver a recibir a los usuarios, que se encontrarán con una reducción de los pases, el aforo y la ya habitual abundancia de hidrogel. Los establecimientos que Yelmo tiene en el centro comercial Los Rosales y Espacio serán unos de los que vuelvan a llenar sus butacas junto a los Cantones Village, que comenzó el lunes con la desinfección de manillas, asientos y baños. Cinesa, ubicada en Marineda City, no concreta todavía fechas para su regreso, aunque aclara que no será en esta jornada cuando se produzca.

Tras tres meses desde la última proyección en el país por el coronavirus, los cines afrontan con ilusión la reactivación de esta maquinaria que ha dejado por el camino casi 200 millones de pérdida, dos millones al día, según datos de la Federación de Cines de España (FECE). La mayoría ya ha testeado si el hambre del público estará a la altura de tales cifras con una apertura gradual de sus salas en el Estado, como el caso de Yelmo, que opera desde el 12 de junio, o Cinesa, que se adelantó al día 8. Algunos de los establecimientos más avanzados, como As Cancelas, aseguraban a comienzos de mes estar "muy contentos" porque "los fans del cine tenían muchas ganas de volver". En A Coruña las expectativas oscilan entre el optimismo y una visión oscurecida por la parálisis del sector audiovisual, que ha retrasado estrenos como la versión en imagen real de Mulán, uno de los filmes con los que las salas contaban para hacer caja estos meses.

A falta de los productos estrella de la temporada, el aterrizaje en la nueva normalidad vendrá de la mano de títulos como Personal assistant, Oro Blanco o Corre como una chica, que ya ofrecen la cartelera de Espacio y Los Rosales. Las esperanzas están puestas en el terror con La posesión de Mary y el homenaje -tan acertado en estos tiempo- a la gran pantalla de Cinema paraíso. Según indica uno de los empleados de los Cantones Cines, Iván Gil, se trata de las dos películas que "pueden tener algo de gancho" en estos primeros días teñidos por la incertidumbre. "El problema es que mucho estreno no hay, así que estaremos proyectando películas de hace dos o tres meses. Las expectativas no son muy buenas", comenta.

El trabajador considera que las grandes producciones "que llaman al público" comenzarán a llegar el mes que viene, aunque, al tratarse de distribuciones a nivel internacional, dependerá de cómo evolucione la pandemia en puntos como China o Estados Unidos. Desde la empresa se calcula que el sector tardará "bastante tiempo" en recuperar el ritmo que tenía antes de pandemia, pese a que ya hayan reanudado su actividad cerca de un 90% de las salas de España. Borja de Benito, responsable de comunicación de FECE, cree que se producirá un cambio de "paradigmas que antes nadie se planteaba, especialmente relacionados con la seguridad", y cifra en tres etapas la recuperación del sector, que será progresiva. La primera: este verano, con aforos reducidos y con menos títulos en la cartelera, en la que augura que se seguirán acumulando pérdidas. La segunda: cuando se igualen los números de asistencia del año anterior, que espera que ocurra entre septiembre y finales de año. Y la tercera: la reversión del daño causado, "que no será hasta 2021 como muy pronto".

La segunda fase del restablecimiento plantea problemas desde la perspectiva de algunas distribuidoras, como cuenta Daniel Bajo, de la madrileña Karma Films. "Hay más opciones de llegar al público ahora que en septiembre, cuando aterricen todas las grandes superproducciones. Entonces sí que va a haber un colapso y ya veremos de qué manera podremos sobrevivir", apostilla. Algo tan azaroso como el tiempo es lo que determinará, según otros, el triunfo de la reapertura durante este verano. Para Juan Carlos Losada, gerente del centro comercial Los Rosales, "junio suele ser un mes bueno para el cine", pero la pantalla perderá la partida si se enfrenta a los arenales coruñeses.

"Influye mucho la climatología. Si viene tiempo de playa la gente no suele venir, pero si está nublado sí que tenemos expectativas", apunta el encargado. Confía en que el éxito que cosecharon otros establecimientos en su reactivación, como los bares, se repliquen en el caso de las salas de sus instalaciones, en las que "se ha notado" la ausencia de los cartuchos de palomitas y el rasgar de los tiques de papel. "Hemos abierto sin un componente de ocio que tenemos, como los cines y el parque infantil de bolas. Se percibe, porque es una pérdida de actividad económica importante para la empresa", afirma.

Si se abandonan los despachos y se baja a la calle, donde pasean esos viandantes que escalarán de nuevo los peldaños en busca del número de su butaca, parece que el sector tiene motivos para aguardar una bocanada de aire tras meses con las verjas bajadas. Según un estudio de Simon Kucher & Partners, el 90% de los espectadores quiere volver a ver cine en la pantalla grande, un deseo que las distribuidoras alimentan con tentadoras promociones como el descuento "de reapertura" -con entradas desde 4,90 euros hasta el 30 de junio- que propone Cinesa. La compañía asegura que "pronto" volverá a funcionar en A Coruña, aunque "de momento ponemos reposiciones, no estrenos, en las salas que hemos abierto". En cuanto se acuerde una fecha concreta, la distribuidora iniciará una limpieza previa en su espacio de Marineda City, donde se realizará una "desinfección regularizada" y se despejarán "todas las zonas comunes".

Bayetas para la reapertura

Durante el largo confinamiento, el sector preparó todo un protocolo de actuación previo a la reapertura para adaptar los espacios a las restricciones y las nuevas normas sanitarias. Una vez aprobado por el Gobierno, se puso en marcha la transformación de las salas para incluir todos los requisitos necesarios para su uso con total seguridad. Así, los usuarios encontrará en el cine paneles explicativos donde se indiquen las medidas más importantes que hay que cumplir en cada zona, desde que se entra hasta que se sale. Se han situado, también, dispensadores de gel hidroalcohólico en diferentes puntos estratégicos. Estará abierta la taquilla (protegida por una mampara), aunque se recomiende la compra online; así cada espectador podrá ver los planos de las butacas, su disposición y el espacio con el que cuenta. Se suprimirá el corte de entrada -para que no sea necesario el contacto físico- y el control se hará a través de dispositivos electrónicos de lectura de código de barras.

El uso de mascarillas será obligatorio, tanto para el personal como para los asistentes, que deberán llevarla durante el visionado de la película. Esta se hará de manera individual -o en grupo si se trata de personas convivientes-, y se reservará a la venta un determinado número de butacas para mantener la distancia de seguridad entre los espectadores. Gil, de los Cantones Cines, asegura que "la experiencia cinematográfica va a ser la misma", pero que habrá que despedirse de "esos grupos de 15 o 20 personas que antes venían juntos a ver una película". Para evitar aglomeraciones, las salas del Village contarán con un empleado que entrará en las proyecciones "cada cinco minutos controlando que la gente no se junte", dentro del aforo del 75% establecido por la Xunta, aunque otras cadenas, como Yelmo, han optado por uno del 50% y un menor número de pases "para garantizar la seguridad y dedicar mayor tiempo a la limpieza de las salas".

El centro comercial también reducirá las sesiones, con el fin de espaciar los horarios y evitar que haya concentraciones en las áreas comunes. Aventura que mantendrá solo tres al día -la de las 17.00, 19.30 y 22.00 horas-, después de las que se desinfectará "todo el cine". El espacio ha estado realizando estas tareas ya desde el lunes pasado, en el que comenzaron a ponerse a punto las salas, con la posterior limpieza de manillas o baños tras la salida de cada técnico. También en Los Rosales llevan tiempo con el estropajo, y aseguran que desde mayo cuentan con "el hidrogel, los indicadores de separación y la cartelería" necesarios para iniciar la reapertura.

En su web, se explica de manera muy gráfica las pautas que la distribuidora ha tomado para aliviar la inquietud de los usuarios. "Lo más diferente será acostumbrarse a las nuevas medidas, aunque estamos seguros de que los espectadores seguirán disfrutando de los Cines Yelmo igual que antes", indican desde la cadena. Los cartuchos de cartón con las palomitas a granel, por ejemplo, serán historia, y en su lugar se despacharán "productos envasados para minimizar la interacción con el producto". La salida de la sala se realizará de forma escalonada, las puertas de acceso se mantendrán abiertas entre pases, y se limpiarán con frecuencia los filtros del aire acondicionado, además de realizar una ventilación adecuada.

Para Cinesa, al otro lado de la ciudad, la verdadera carga de trabajo será esa, y no la "limpieza normal" de las horas previas -porque "el cine al haber estado cerrado no tiene riesgo de por sí"-. Con el aterrizaje de los primeros ciudadanos que acudan a disfrutar de una película, la compañía tendrá un especial cuidado en la zona de aseos y de la compra de bebidas, y retirará toda la publicidad física sobre los filmes para trasladarla a la pantalla digital. Su objetivo, según reza su página web, es garantizar la "seguridad, bienestar y disfrute" del espectador que acuda a sus establecimientos, un mensaje de calma para el que las grandes cadenas de exhibición no han escatimado recursos. "La vuelta al cine, más segura", es el eslogan con el que ha decidido regresar Cinesa, mientras que en el portal de Yelmo se rotula, como una jugosa invitación tras semanas frente al rectángulo del portátil para consumir los últimos títulos de HBO o Netflix, que "tu butaca te espera".