Las colas interminables o los encontronazos por entrar primero a una tienda ya no son imágenes típicas de las rebajas, y mucho menos tras la llegada del coronavirus. El pequeño comercio está en el centro de la diana, afectado no solo por las dificultades económicas derivadas de la crisis sanitaria sino también por el auge de las compras por internet. "Las tiendas pequeñas lo están pasando muy mal", resume Belén Chaver, de Distrito Picasso.

Las grandes firmas han adelantado las rebajas de verano, lo que ha obligado al pequeño comercio a dar un paso adelante. "Se ve más actividad por la mañana que por la tarde, pero con el Covid-19 hemos notado que han bajado las ventas", explica el presidente de la Asociación de Comerciantes de la calle Barcelona, José Manuel Castro, a quien le preocupa que "hay más miedo económico que al propio virus".

Castro analiza que las tiendas de la zona "cumplen las medidas de seguridad, tienen gel hidroalcohólico y la gente va con mascarilla". "No vemos que la gente tenga miedo a entrar en los comercios. Se encuentran seguros. El problema es que los que tienen posibilidad de comprar todavía no lo hacen, y los que no la tienen, por ERTE y demás, lo ven muy difícil", detalla.

A la crisis económica se une un gran enemigo del pequeño comercio: Internet. "Durante el confinamiento, mucha gente que no compraba online lo hizo animada por hijos o nietos. Eso es un hándicap para nosotros", asegura Francisco Javier Mosquera, presidente de la asociación Zona Obelisco, quien apunta que, de momento, "no se ve mucha animación en las tiendas".

Belén Chaver también es de las que cree que los clientes se han habituado a navegar por la red para encontrar las mejores gangas. "Ahora la vida es diferente. Igual que nos acostumbramos a llevar mascarillas, muchos se han acostumbrado a comprar por internet", lamenta. Para José Manuel Castro son "nuevos hábitos" que el pequeño comercio debe tener en cuenta.

Sin embargo, ninguno de ellos se rinde. "Es importante hacer iniciativas para captar clientes. Está en marcha una página web del Concello para agruparnos", desvela el presidente de la asociación Zona Obelisco, que reconoce que "todavía hay gente reacia a entrar en los comercios". "Hay que dar con nuevas ideas", propone.

Para Chaver, la clave está en la fidelización. "Sé que hay clientes de tiendas pequeñas que están siendo muy fieles. Se vuelcan para tratar de ayudar. Los comercios que lleven poco tiempo lo pasarán peor y solo unos pocos podrán poner rebajas", opina la responsable de Distrito Picasso, que insiste en la "importancia" de conservar estas tiendas. "Si no hay pequeño comercio, cambia totalmente la fisonomía de la ciudad", sentencia.

"Las rebajas van lentas", como dice José Manuel Castro, pero lo fundamental es "adaptarse" para poder salir adelante. "Esperemos que todo se vaya normalizando, aunque cada vez hay más comercio online", concluye el presidente de la asociación de comerciantes de la calle Barcelona.