Las disposiciones del Plan General de Ordenación Municipal sobre la zona de la ciudad afectada por su cercanía a la refinería de Repsol establecen en la llamada zona de intervención, en la que son previsibles daños por los accidentes que se produzcan en esas instalaciones industriales, no se permitirá la construcción de viviendas de ninguna clase. Esta normativa sí autoriza la permanencia de los núcleos de población que ya existían antes de la aprobación de esta normativa urbanística, como Bens o Nostián, aunque fija una serie de limitaciones para las actuaciones que se realicen en ellos.

Aunque el plan general permite que en esos terrenos se desarrollen actividades industriales y comerciales, prohíbe de forma expresa la instalación de centros comerciales o equipamientos de gran tamaño. En la zona de alerta, en la que no habría daños por accidentes aunque sí se percibirían por la población, se autoriza la construcción de viviendas pero con limitaciones. Uno de los requisitos que se mencionan es la realización de un análisis cuantitativo de riesgos, que ya fue elaborado en 2014 por Repsol Petróleo, Repsol Butano y CLH. También se advierte que habrá que atender las limitaciones que imponga el Plan de Emergencia Exterior de Agrela-Bens, cuya actualización se tramita en la actualidad.

La reducción del número de accidentes graves posibles en el polígono industrial, derivada de las medidas adoptadas por las empresas y del descenso en los umbrales fijados en este campo por la Unión Europea, hará necesarios ahora nuevos análisis de riesgos por parte de las tres factorías de Agrela-Bens para determinar su afección sobre el entorno.