La propuesta del borrador del nuevo Plan de Emergencia Exterior de Agrela-Bens de reducir de 98 a 18 los accidentes graves que pueden producirse en las tres empresas peligrosas del polígono -Repsol Petróleo, Repsol Butano y CLH- facilitaría ejecutar la edificabilidad en los proyectos residenciales existentes en las inmediaciones, como O Portiño y Penamoa, en los que el plan general autoriza ya la construcción de miles de viviendas. Pero para que esa posibilidad se materialice será necesario primero que la Xunta dé su visto bueno al nuevo plan de emergencia, así como que las tres empresas susceptibles de que en sus instalaciones ocurran siniestros importantes elaboren unos nuevos análisis cuantitativos de riesgos y que el Concello modifique el plan general para introducir la nueva edificabilidad que se autorizaría.

El más importante de los polígonos urbanísticos que podrían ver facilitada su edificabilidad es el de Penamoa, situado entre la refinería de Repsol y el núcleo de A Silva. Cuenta con una superficie total de 1.059.314 metros cuadrados y el plan general le concede ahora una edificabilidad de 876.044 metros cuadrados que se distribuirían en un 59,5% en bloques de viviendas con un máximo de ocho alturas, aunque también habrá un 0,5% de superficie para viviendas unifamiliares y un 40% para usos comerciales y hoteleros.

El polígono de O Portiño tiene por su parte una extensión de 495.816 metros cuadrados y la normativa urbanística autoriza una edificabilidad de 342.024, de los que el 85% sería en régimen residencial colectivo, lo que supondría el levantamiento de en torno a 3.000 pisos, a los que se unirían las viviendas unifamiliares que ocuparían el 10,5% de la superficie edificable y el 3,75% reservado para usos terciarios.

Hay un tercer polígono afectado por su proximidad a Agrela-Bens, el denominado Ciudad de la Tecnología, situado junto al centro comercial Marineda City y próximo al núcleo de As Rañas. Su superficie es de 992.573 metros cuadrados, ya que incluye también un amplio terreno destinado a albergar el llamado Parque Alto, y los 545.916 metros cuadrados edificables se destinan en su totalidad a usos terciarios, ya que el proyecto original, impulsado hace más de diez años por los promotores inmobiliarios José Collazo, Manuel Soto y Ángel Jove, es que estuviera dedicado a acoger empresas del sector tecnológico.

Este proyecto quedó paralizado a causa de la crisis económica, hasta el punto de que el Gobierno local de Marea Atlántica declaró en 2018 caducada la tramitación que habían realizado los promotores, que decidieron recurrir ante los tribunales.

A pesar de que los tres polígonos tienen pendiente su desarrollo urbanístico, el de O Portiño es en el que los propietarios del suelo han dado más pasos para ponerlo en marcha. A finales de 2018 la inmobiliaria Metrovacesa, titular de la mayor parte de la superficie en esa actuación, presentó al Concello un avance de la ordenación que pretende establecer en los terrenos. El Gobierno local socialista todavía no se pronunció sobre la propuesta de los dueños de las parcelas, aunque el concejal de Urbanismo, Juan Díaz Villoslada, advirtió de que, además de por su proximidad a la refinería, este polígono está también afectado por su ubicación junto a la costa y por lo tanto exigirá un "cumplimiento estricto" del Plan de Ordenación do Litoral.

De acuerdo con ese documento, el plan general concede una protección ambiental a 580.015 metros cuadrados en ese entorno, de los que el 96,34% están calificados como de mejora ambiental y paisajística. En ese tipo de suelo se permite la edificación siempre que se preserve al paisaje de "inadecuados procesos de ocupación edificatoria". Otro 3,66% de superficie está considerada zona de protección costera, en la que solo se autorizan explotaciones acuícolas y depuradoras de aguas residuales.

"Hay que garantizar que el litoral no quede afectado por un alto impacto", declaró Villoslada cuando este periódico desveló la presentación del borrador del proyecto de Metrovacesa para el polígono de O Portiño. El responsable municipal de Urbanismo destacó que el Gobierno local pretende que las construcciones "estén lo más alejadas de la costa que sea posible", ya que la zona del polígono más próxima al mar estará reservada para una gran zona verde. Cuando el Concello haya asegurado que se cumplen esas condiciones pasará a definir aspectos como el número de viviendas y las alturas de los edificios, añadió Villoslada.

Metrovacesa presentó en 2005 un primer proyecto para O Portiño en el que preveía construir 2.640 pisos de precio libre y 660 de protección oficial, así como viviendas sociales para albergar a los habitantes del poblado de O Campanario. El 70% de las viviendas se distribuirían en edificios de cinco y seis plantas y el resto en chalés adosados. El plan incluía también dos inmuebles de trece plantas y otros dos de nueve a los que el Gobierno local socialista de aquel momento se opuso.

El polígono contaría con un bulevar de acceso desde la rotonda de Cuatro Vientos, en las proximidades del barrio de Os Rosales, en cuyos márgenes se ubicarían los edificios más bajos. Al fondo de ese vial se levantaría un grupo de chalés adosados que formaría un semicírculo, aunque también habría viviendas unifamiliares en la carretera que enlaza con el monte de San Pedro. Una zona verde de 97.000 metros cuadrados situada al borde del mar uniría el polígono con los parques de San Pedro y Bens.

Los promotores presentaron su propuesta al Concello en enero de 2006 y anunciaron que pretendían comenzar la urbanización de los terrenos al año siguiente. El Gobierno local de PSOE y BNG aprobó en 2008 una modificación del plan general para aumentar la edificabilidad en este polígono, aunque el PP la rebajó en el documento aprobado en 2013.