"Las cosas no funcionan" en los centros oceanográficos. De "situación gravísima" lo tilda Francisco Rodríguez, miembro de la CIG, que denuncia el "bloqueo" que sufre la actividad de los "organismos periféricos" del Instituto Español de Oceanografía (IEO). El de A Coruña, con su sede en el Paseo Marítimo, comparte los problemas, derivados de un presupuesto que ha cortado el grifo desde Madrid, donde se distribuye entre las distintas entidades de la geografía española. Uno de los empleados del centro coruñés contactado por este diario asegura que la institución sufre "un problema de liquidez", y que su plantilla lleva "muchos meses sin poder realizar apenas compras y con aparatos de análisis estropeados que han paralizado distintos estudios" sobre el medio marino.

Las investigaciones que el órgano realiza en la ciudad -en la que cumplió hace poco su 50 aniversario- versan sobre la evolución de los bancos de peces, la actividad pesquera y la contaminación de las aguas. También se llevan a cabo muestreos desde el buque Lura, que estuvo varado "durante año y medio porque no pasó la inspección", con el consiguiente bloqueo en "las series históricas de más de 20 años" que se llevan realizando en la ría y la costa coruñesa. El barco es solo un ejemplo del avance a marchas forzadas al que está sometido el centro, en el que "el trabajo está acumulándose" por "no tener suministros". El técnico de laboratorio afirma que la situación ha creado "muchas tensiones internas", y que los escasos libramientos de dinero "parece que van a cuentagotas".

A ese respecto, el grupo sindical de la CIG critica que "desde finales de 2019 no se pueden ejecutar gastos" y que sobre el IEO pesan "deudas" del año pasado "que no se pueden pagar". Una muestra de las dificultades que atraviesa el organismo está en la cúpula directiva de la capital, por la que han pasado y dimitido este año tanto Eduardo Balguerías como Rafael González-Quirós. El pasado 30 de junio, el Ministerio de Ciencia anunció que sería el biólogo Javier Ruiz el que les tomaría el relevo, un cambio que los científicos de la entidad reciben "con esperanza" aunque, advierten, "de momento seguimos esperando buenas noticias". El sindicato critica que "la única novedad hasta ahora fue una comunicación sobre que se va a desbloquear el tema de los contratos" que, según su opinión, nacen "ligados a proyectos, pero tardan meses en materializarse".

En su anuncio del nuevo nombramiento, el Gobierno central hizo pública la tramitación de la firma de 45 pendientes de formalizar, la confirmación de otros 14 y la culminación de los procesos para 40 dentro del programa Estrategias Marinas, además de la transferencia de 4,5 millones de euros para gastos como el respaldo a las campañas. La mayoría, dice Rodríguez, funcionan a medio gas, y "algunas se han suspendido". Los centros mantienen sus muestreos costeros, pero la frecuencia ha disminuido, y la operatividad se ve lastrada por "las cajas cerradas" de las sedes, en las que "el dinero es cero". "Se intentaron poner en orden, pero fue imposible. El anterior director no se vio en condiciones y dimitió", apunta el miembro sindical.

A Ruiz, en el que recae ahora la tarea, la CIG le pide "trabajar en condiciones y recuperar la actividad normal del organismo". Asegura que hace falta más "músculo de gestión de la economía" para que la actividad "fluya", y reclama que se les conceda a los centros "una mayor previsión en el presupuesto" para "no estar siempre en manos de las decisiones que se toman en Madrid". Las respuestas que reciben desde allí no satisfacen a los trabajadores, que afirman llevar "años con explicaciones" pero sin contar con "una gestión separada de proyectos y gastos corrientes" que les permita conocer de qué cantidad disponen para realizar su trabajo. "Tú vas pidiendo proyectos y el IEO va sacando partidas, pero llega un momento en el que no tiene dinero para hacer frente a todos los compromisos que ha adquirido. Además, por diferentes trabas burocráticas, llevamos años ejecutando solo el 60% del presupuesto", señala.

El cese de ese "infierno" de papel es una de las principales peticiones que hacen desde dentro del IEO de A Coruña. La plantilla exige "una agilización" tanto en la compra de reactivos como en la aprobación de las comisiones de servicio para ir en barco. Aseguran que el traslado a otros puertos para muestrear se complica por el exceso de trámites "que nos han impuesto", y que ya ni pueden solventar la carencia de medios acudiendo a centros vecinos. Un investigador contactado, por ejemplo, solía ir a Vigo para analizar sus muestras, pero afirma que ahora "no nos dejan movernos por el gasto que puede suponer".

Según la CIG, este bloqueo del IEO se hará más evidente tras la pandemia, que hizo que la parálisis pasara "más desapercibida" al poner en jaque "a todo el mundo". Otras insuficiencias, sin embargo, ya se habían revelado hace al menos media década. Es el caso de la "reforma integral" que el Oceanográfico de A Coruña lleva tiempo reclamando, y que llegó a incluirse en los Presupuestos Generales del Estado. El personal denuncia que el edificio se encuentra "obsoleto" y que no cuenta con elevadores para manejar el material pesado que se carga "a mano", además de no estar adaptado para personas con problemas de movilidad.