La Compañía de Tranvías cerró el ejercicio 2019, el primero en el que el Ayuntamiento, tras 32 años seguidos de subidas y los cuatro últimos consecutivos con el precio congelado, redujo las tarifas, con un beneficio de 3,32 millones de euros. El resultado equivale a un 12,26% menos que el obtenido en 2018, cuando la concesionaria del transporte público urbano de viajeros llegó al pasado 31 de diciembre con una diferencia de ingresos y gastos favorable de 3,78 millones.

Las cuentas de Tranvías, presentadas por la empresa en el Registro Mercantil antes de la reunión en junio de su consejo de administración, reflejan también un descenso de los ingresos derivados de su actividad típica -lo que se denomina importe neto de su cifra de negocio- del 4,3%: de 24,36 a 23,23 millones de euros.

Tranvías atribuye la reducción de beneficios precisamente a la bajada del precio de los billetes, aprobada a finales de 2018 por el Concello durante el mandato de Marea Atlántica sin acordarla con la empresa, y en vigor desde el mes de febrero de 2019. Desde entonces el billete ordinario cuesta 1,20 euros, diez céntimos menos que en los cuatro años anteriores, la misma reducción experimentada por los bonobuses general, social y universitario. Además, todos los transbordos y los viajes de los usuarios menores de 13 años son gratuitos.

La caída en los ingresos, el beneficio y el resultado de explotación (del 18,3%) fue "atenuada, según la concesionaria, por el aumento de viajeros respecto al año anterior, del 5,1%, al llegarse en 2019 a superar por poco los 23 millones de usuarios, una cifra de récord histórico, así como por "el control o suspensión de gastos e inversiones derivados de la incerteza jurídica en la que está sumida la compañía". Tranvías también resalta que la reducción de su resultado económico fue compensada por "una mejora en resultado financiero de la sociedad originada por la evolución positiva de la Bolsa mundial en 2019 que afectó directamente a la cartera de inversión de la empresa a pesar de ser de carácter conservador".

La postura unilateral del Gobierno de Marea de rebajar las tarifas y dejar de utilizar la fórmula matemática por la que cada año debía subir el precio de los billetes se apoyó en un informe de la Comisión Nacional de los Mercados y la Competencia sobre la concesión de Tranvías, a raíz de un reglamento de 2007 de la Unión Europea que regula las obligaciones del servicio y los beneficios obtenidos. Este órgano se basó a su vez en un informe encargado por el Concello a la Universidade da Coruña, según el cual Tranvías había tenido en 2016 "un exceso de beneficio razonable", calculado sobre los beneficios antes de impuestos, de entre 3,7 y 4,8 millones de euros.

El Ayuntamiento planteó entonces una reducción del precio del billete general a 1,10 euros sobre los 1,30 que costaba entonces, propuesta cuestionada por Competencia, por lo que el Gobierno local solicitó un informe de los costes del servicio del que salió la decisión final de bajar el precio a 1,20 euros y hacer gratuitos los viajes de los menores de 13 años, los transbordos y y para los usuarios que toman el mismo bus antes de que transcurran 45 minutos.

Desde febrero del año pasado han tomado el autobús urbano en A Coruña algo más de 23 millones de usuarios, de los que más de 636.000 no pagaron, una situación que para la concesionaria ha tenido "impacto directo durante 2019 y hasta ahora".

La memoria de las cuentas de la Compañía de Tranvías destaca otra circunstancia que su director, Ignacio Prada, anticipó en marzo pasado: la pérdida de ingresos que sufrirá la empresa en el ejercicio 2020 por la reducción del servicio durante el estado de alarma decretado por la pandemia del Covid-19. En los últimos tres meses el servicio tuvo una "drástica bajada de usuarios" durante los días de máximas restricciones cuando la población estaba confinada en sus domicilios. "Es previsible que los efectos económicos de esta pandemia continúen a medio plazo", apunta la empresa, que alude al tiempo que necesitarán los usuarios para "recuperar la confianza en el servicio" y no se atreve todavía a cuantificar "el impacto" de la crisis sanitaria.

Concesión hasta 2024

Parte de la "incerteza jurídica" a la que aludía Tranvías en su memoria del ejercicio 2019 ha quedado despejada poco después de la aprobación de las cuentas. La empresa y el Concello mantenían desde el mandato de Marea un conflicto judicial abierto por la fecha de conclusión de la concesión. Un juzgado coruñés declaró vigente el convenio mediante el que la empresa presta el servicio desde 1986 y que deberá concluir en 2024, ocho años después de la fecha que estimaba Marea al amparo de un reglamento europeo. Esta sentencia sucede a una consulta hecha por el Concello al Tribunal de Justicia de la Unión Europea, que el pasado 19 de marzo resolvió dar la razón a Tranvías en su reclamación de que el contrato está vigente hasta 2024. La administración local y la concesionaria tienen otra causa abierta por la bajada de las tarifas.