El historiador coruñés Alfredo Vigo Trasancos trabaja, desde noviembre del año pasado, en la redacción del informe artístico y patrimonial en el que se apoyará la solicitud para declarar la Casa Cornide como Bien de Interés Cultural. A falta de una valoración de los elementos interiores, para la que sería preciso que la familia Franco permitiese a los expertos acceder al edificio, el historiador concluía en consultas anteriores que existen "pruebas suficientes para declarar BIC la Casa Cornide".

Para el historiador, el carácter único del inmueble, al tratarse de un edificio "muy francés y muy cosmopolita", con un estilo a caballo entre el Barroco Gallego y el Neoclasicismo, constituye uno de los factores principales que lo hacen merecedor de esta declaración. Elementos ornamentales como la tipología de las repisas de sus balcones o "el dominio de las curvas y los hierros", sumados al hecho de haber pertenecido a una figura histórica de la talla de José Cornide, no hacen sino aumentar su valor. "Es un edificio excepcional, no solo debe ser declarado BIC, sino que me sorprende que no lo sea ya", resumía Vigo Trasancos.

Hace pocas semanas, el experto reanudaba los trabajos de investigación tras el parón del confinamiento. Se llevó a cabo, a través de una grúa elevadora, la inspección de los elementos ornamentales más elevados y se obtuvieron una serie de fotogrametrías que acompañarán el expediente.

El historiador observó, en este último análisis, que, pese a que el edificio se encuentra en buen estado de conservación, unas pintadas realizadas en la pared del mismo podrían comprometer elementos de la estructura en un futuro, cuando se procediera a su eliminación. "Cualquier método de limpieza en una piedra tan porosa como el granito, que se deshace con facilidad, puede resultar lesivo. Algo lo va a dañar", apreciaba entonces.

El informe BIC, estiman Concello y catedrático, estará listo a finales de año. De prosperar la solicitud, su nuevo estatus obligaría a la familia propietaria a abrirlo a visitas y a "tener cierta responsabilidad en su conservación", según Vigo Trasancos. Una obligación que ya tuvieron que asumir cuando, en el año 2008, se otorgó la declaración de Bien de Interés Cultural para el pazo de Meirás, abierto al público cuatro veces al mes desde entonces, aunque con muchas limitaciones, ya que son pocas las estancias que se muestran y escasas las horas disponibles para visitas.

De forma similar que ahora la Casa Cornide, la familia Franco puso a la venta, en 2018, el pazo de Meirás por la suma de ocho millones de euros, aunque no era esta la primera vez que los propietarios sacaban el inmueble al mercado. Meses después, la Abogacía del Estado interpuso a la familia una demanda por la recuperación del pazo, alegando que el dictador había actuado contra derecho en su adquisición, lo que constituiría un delito de negocio simulado. Una causa en la que se han personado otras administraciones como la Xunta, la Diputación y los concellos de Sada y A Coruña y que se debate estos días en los juzgados coruñeses.