El coronavirus ha provocado que este sea un verano atípico, con pocos desplazamientos y mucha precaución. Los hoteles de A Coruña, en su objetivo de captar clientes, apuestan por flexibilizar las reservas, dando al turista la posibilidad de cancelar o cambiar las fechas de forma gratuita. "Las plazas necesitan transmitir mucha seguridad y mucha flexibilidad. Ese es nuestro enfoque. Sabemos que el cliente que nos visita tiene que esperar hasta el último momento para confirmar su viaje, por rebrotes y otros asuntos", explica el presidente de la Asociación de Hospedaje (Hospeco), Richard Huerta.

Los establecimientos hoteleros de la ciudad se quedarán muy lejos de los números del año pasado, cuando agosto se cerró con tasas de ocupación del 87%. ¿El culpable? El Covid-19. "Hay muchas reservas de última hora, pero es verdad que tenemos bajadas con respecto al año pasado. Están totalmente vinculadas a la situación provocada por la pandemia", detalla Huerta, que no cree que el retraso en anunciar la programación para las fiestas de agosto del Concello lastre al sector turístico coruñés. "Eso no es lo que causa la caída de la demanda", resume.

El presidente de Hospeco reconoce que el rebrote en A Mariña "tiene un impacto indirecto" sobre A Coruña. "No sabemos cuantificarlo, pero lo tiene. Es una realidad", lamenta, aunque asegura que la ciudad "ha sido un destino menos castigado que otros durante la pandemia", lo que hace que muchos la elijan para pasar sus vacaciones. "Esto no está masificado y hay playa y naturaleza", dice Richard Huerta, a la vez que apunta que en agosto estará "toda la oferta disponible", pues todavía permanencen cerrados hoteles como el Carrís, el Exe y el Atlántico.

Si atraer al turista internacional era ya una cuenta pendiente en A Coruña, el coronavirus no ha hecho más que agravar el problema. Huerta destaca que predomina "el turismo nacional y familiar" y la mayoría se desplaza en coche. "Hay muy pocos vuelos y esto nos está lastrando", apunta.

El presidente de Hospeco declara que hay que ir "partido a partido", pendientes de la "evolución" de la pandemia. Mientras, los hoteles tratan de afrontar una situación complicada. "La flexibilidad te obliga a tener que improvisar muchas veces. Esa es la realidad que nos toca vivir, nos tenemos que saber adaptar y darle al cliente todas las facilidades", concluye.