Dos protestas de dos grupos de afectados por la urbanización del parque ofimático coincidieron ayer, en torno a las tres de la tarde, en las pasarelas de Alfonso Molina. En la de Matogrande, los perjudicados por la demora en la entrada en las viviendas de la nueva urbanización; en la de Elviña, los afectados en San Vicente por las expropiaciones para este proyecto, en una acción que repiten cada viernes a la espera de solución del Concello.

Agustín Barreiro, conocido como Hache, protagonizaba a principios de semana una protesta curiosa, al encadenarse a la pasarela peatonal que comunica San Vicente de Elviña con el parque Ofimático sobre Alfonso Molina. Lo hacía en pos de una demanda nada novedosa: que le sea entregada una de las viviendas del parque, ya terminadas, por la que lleva esperando 12 años. Ayer volvió con una treintena de propietarios en la misma situación le acompañaron con pancartas sobre otra de las pasarelas. "Seguiremos llevando a cabo acciones similares hasta que la situación se resuelva", avisó. Su propio caso comienza a necesitar de cierta premura, ya que el contrato de alquiler de la vivienda en la que reside actualmente vence este mes. La concejala del grupo mixto, Mónica Martínez, les brindó ayer su apoyo. "Los vecinos están al límite tras años de abandono. Tienen que arrancar ya las obras de urbanización", urgía la edil tras una visita al barrio, en la que conversó con una mujer que amamantaba de pie a su bebé al no haber ni un banco para sentarse. A la reivindicación de sus viviendas se unió también el reclamo de humanizar un barrio para muchos deficitario en servicios básicos. "No hay árboles, faltan zonas verdes, hay temas de limpieza que no están al día, falta un parque infantil", resume Hache.