"Miramos hacia delante, vamos a mantener la música viva. Si solo esperas a que mejoren los tiempos no haces nada, nosotros estamos trabajando". Con determinación, y visiblemente emocionado presentó ayer la nueva temporada de la Sinfónica de Galicia (OSG) su director, Dima Slobodeniouk, que se enfrentará a uno de los programas más complejos de su trayectoria por los parámetros sanitarios del coronavirus. La normativa, en la que tanto músicos como batuta han tenido que "aprender a tocar de una manera nueva", llevará a la formación a dejar la que hasta ahora ha sido su casa, el Palacio de la Ópera, y a realizar sus conciertos en un Coliseum que ofrece más espacio para cumplir con las distancias exigidas.

Según informó el director, el programa pondrá el foco en la música vocal, escasa hasta ahora en los directos del conjunto, y en las melodías románticas. La contemporánea del siglo XX -la gran apuesta de Slobodeniouk en los últimos años- será otro de los pies del nuevo curso, que contará con varias novedades. Antes de su apertura formal en octubre con la Sinfonía número 9 de Mahler, la Sinfónica se apartará por un instante de la clásica para girar hacia el rock y el pop. Sus músicos cambiarán a Bach y Beethoven por un nombre coruñés, Xoel López, con el que ofrecerán un concierto conjunto con arreglos de Daniel García Artés.

"Es un proyecto hecho por nosotros y para nuestro público. Se tocarán temas de Xoel y alguna sorpresa", detalló el gerente de la Sinfónica, Andrés Lacasa, que indicó que las entradas se pondrán a la venta a mediados de agosto. Serán semanas de expectación para la OSG, que contará, si las circunstancias lo permiten, con formaciones invitadas como la Orquesta de Asturias y de Castilla y León, y la Real Filharmonía. La propia venta de la temporada estará supeditada a la evolución de la pandemia, y se realizará por bloques -octubre-diciembre, enero-marzo y abril-junio- a partir de septiembre y con descuentos para los 1.800 abonados.

Tanto los que se queden como los que se sumen este otoño podrán disfrutar de una orquesta que se propone crecer en conjunto en los próximos meses, pero también subir el nivel de las pequeñas formaciones que la articulan. Como grupo, la OSG prepara un concierto extraordinario en noviembre sobre la Torre, en el que estrenará la Cantata Torre de Hércules de Tomás Argüés. La pieza resultó ganadora de un concurso convocado en 2004 por la Diputación y, como dijo Lacasa, "ha estado escondida mucho tiempo" hasta ahora. El director asociado de la Sinfónica José Trigueros y el Coro Cantabile la pondrán al descubierto como parte de un programa dominado por el 250 aniversario de Beethoven, así como por melodías de Strauss, Shostakóvich, Schumann, Berg o Bruckner.

Los grupos de cámara de la Sinfónica tendrán también su oportunidad en la nueva temporada, fruto del Proyecto 2020(21) que desarrolló durante la cuarentena. "Aprovechamos el confinamiento para contactar con compositores que crearan piezas para agrupaciones pequeñas con las que difundir las orquestas de cámara de la OSG", explicó el gerente de la formación. En total, once de sus grupos estrenarán 20 obras de autores gallegos como Rogelio Groba, Hugo Gómez-Chao o Sofía Oriana. El conjunto tocará además en primicia una pieza en homenaje a las víctimas del virus, la Donna nobis pacem de Juan Durán, junto con Memoria del Ocre de José María Sánchez, el Concierto para bajo y orquesta de Jukka Linkola, Sound and Fury de Anne Clyne, el Concierto para oboe de Christopher Rouse y el Concierto para trompa de Hans Abrahamsen.

Para Slobodeniouk, el nuevo escenario cedido por el Instituto Municipal Coruñesa Espectáculos (IMCE) simplificará la tarea, para la que no hará falta realizar ninguna labor de amplificación. "Hemos hablado mucho de sonido, y creo que vamos a tener un resultado interesante. En el Palacio tenemos siempre problemas acústicos y para la OSG será más fácil en el Coliseum", afirmó el director. Admitió, con todo, que los intérpretes tienen que habituarse aún a las mascarillas, con las que tuvieron su primer contacto en el concierto de finales del mes pasado con el que retomaron su actividad. "Para tocar o dirigir es muy difícil. Hacemos mucho cardio, y te da la sensación de que te quedas sin aire", indicó el ruso.

Lacasa reconoció que se tratará de una temporada "complicada" porque "todo va en contra de hacer las cosas juntos y con mucho público", y la alcaldesa Inés Rey lo secundó definiéndola como "la más exigente" hasta la fecha. La dirigente aseguró que el Coliseum "permitirá cumplir con todas las exigencias para proteger a músicos y espectadores", y recordó que esta será la novena temporada con Slobodeniouk a la batuta. En los próximos meses, el director pretende captar "públicos nuevos" para la orquesta, a través de horarios que permitan la asistencia de espectadores procedente de otras partes de la comunidad. Las actuaciones tratarán de encajar con las conexiones ferroviarias disponibles, con el fin de que la OSG sea de verdad "la orquesta de Galicia".