El Sergas, actual propietario de la capilla de Oza, efectuará en breve reparaciones en este histórico edificio, hoy enclavado en el recinto sanitario donde también se encuentran el Sanatorio Marítimo y la Escuela de Fisioterapia. El organismo detalló a este periódico que la estructura del templo se encuentra en buenas condiciones pero admitió que son necesarios algunos arreglos que fueron denunciados al Concello por la asociación de vecinos de A Gaiteira-Os Castros. Sanidade afirma que la reparaciones necesarias serán realizadas.

En respuesta a una pregunta del BNG sobre esta cuestión, el Gobierno local informó que ya había trasladado al Sergas la petición vecinal, así como la de que el edificio, que fue desacralizado tras el traslado de su actividad religiosa a la iglesia de Monelos en el siglo XIX, sea cedido a la ciudadanía para la realización de actividades públicas.

El Ejecutivo municipal aún no recibió contestación sobre esta reclamación, que la entidad vecinal mantiene desde hace años, ya que la capilla es uno de los edificios más representativos de esta parte de la ciudad junto con el faro del mismo nombre, situado a muy corta distancia. El colectivo de A Gaiteira-Os Castros advirtió al Concello de que las paredes exteriores del templo sufren desconchados, pintadas y humedades, por lo que solicitó que fueran reparadas.

En cuanto al faro y las murallas que circundan tanto ese edificio como la capilla, los vecinos demandaban actuaciones similares, a lo que el Concello respondió que la señal marítima fue convertida en 2018 en un espacio de uso ciudadano en el que ahora está prevista la mejora de la iluminación exterior, mientras que para las murallas, en las que no estaba proyectada ninguna iniciativa, se estudiará ahora la posibilidad de llevar a cabo alguna.

Los orígenes de la capilla de Oza se remontan al siglo XII, cuando fue construida en estilo románico al pie de la desaparecida playa del Lazareto. Fue la primera sede de la parroquia de Santa María de Oza, nombre del municipio que rodeaba a A Coruña y que fue absorbido por la ciudad en 1912. De su época más primitiva se conservan aún restos de las pinturas que cubrían los muros interiores, mientras que de la reforma acometida en 1665 el elemento más destacado es el campanario que fue instalado en la fachada. A finales del siglo siguiente se instaló en el exterior un crucero que aún pervive en el mismo emplazamiento.

El traslado de la parroquia a Monelos hizo que la antigua capilla cayera en el olvido, por lo que cuando a finales del siglo XX se proyectó la dársena pesquera de Oza, el colectivo de A Gaiteira denominado Bardos Cultural reclamó la rehabilitación del edificio, que en 1993 fue recuperado, al igual que el vecino faro. Pero poco después se reprodujeron los problemas en la capilla, ya que la espadaña que alberga el campanario sufrió en 2009 defectos estructurales que hicieron necesaria su reparación.

La actividad Pantasmas de Oza, desarrollada por la asociación de vecinos de A Gaiteira-Os Castros en 2018, incluyó una visita guiada al templo que permitió a los asistentes conocer su interior, que es ignorado por la inmensa mayoría de los residentes en el barrio.