Entre los taxis y los buses y frente a un acceso al puerto, en el islote ajardinado de la plaza de Ourense, se podrá tomar un café a partir de octubre. Un café muy especial, servido por miembros con diversidad funcional de la asociación Down Coruña. Allí trabajarán como baristas, acompañados y ayudados por otros profesionales de la hostelería que los forman desde hace semanas, nueve empleados para llevar las riendas de un negocio integrador: el proyecto Down Café.

La iniciativa tiene su origen en una promesa electoral de Inés Rey cuando hacía campaña a comienzos del año pasado y visitó la sede de Down Coruña. Ahora como alcaldesa, explicó ayer, aquello se ha convertido en una realidad -o casi- gracias al convenio que el Concello ha firmado con la asociación para cederle el uso del quiosco municipal de la plaza de Ourense, lugar en el que habitualmente se despachan entradas para espectáculos en la ciudad. En los próximos meses comenzará una pequeña obra de reforma en el interior del quiosco para que en el mes de octubre abra el nuevo café, prevé Ricardo Santos, presidente de Down Coruña.

"Vamos a emprender una empresa social porque pese a estar en tiempos de incertidumbre, creemos que también se pueden poner en marcha actividades empresariales y colaboraciones con otros profesionales con el fin de ofrecer productos de alta calidad, responsables y ecológicos", comentó Santos.

"Este proyecto, más que números, concentra personas con todo el derecho del mundo a tener una vida plena", destacó la alcaldesa. Rey agradeció la implicación en el proyecto de la Concejalía de Benestar Social y planteó un futuro reto a Down Coruña después de que sus socios que se pongan detrás de la barra empiecen a servir los cafés: recuperar los históricos bocadillos de calamares cuyo olor, hace años, impregnaba la plaza de Ourense y su entorno.