Encerrados y No apareces han sido los frutos del confinamiento para Presumido. Los singles continúan la mezcla de pop y electrónica del grupo, que iniciaba una nueva etapa con su último álbum, Cuatro estaciones, libre de discográficas. El próximo 30 de julio el dúo formado por Tarci Ávila y Nacho Dafonte estará en el Playa Club (21.30 horas) para repasar su trayectoria, a la que planean sumar varias colaboraciones.

Siempre hablan de su música como una puerta entre presente y pasado. ¿Presumido es un viaje en el tiempo?

Yo creo que sí. De hecho, se está radicalizando cada vez más ese puente pasado-presente, concretamente con la década de los 80. En los dos últimos singles quedan más que patentes las reminiscencias de esa época y, a la vez, se mezclan con autotune. La fusión nos da identidad.

El electropop suele limitarse a la fiesta. ¿Se ha estado desaprovechando el género?

No se ha desaprovechado, simplemente la mayor parte de los artistas que hacen electropop lo enfocan más a la pista. Pero ¿por qué quedarnos en la pista de baile cuando podemos llegar a lugares mucho más íntimos? Nosotros creemos en la música antiapatía, que intente remover cosas por dentro.

La suya suele hablar de romance. ¿Su idea del amor es la dulce de Encerrados o la ácida de EncerradosSoy más duro que tu cara

Te voy a contar una anécdota. Yo recuerdo cuando era niño y me puse a escuchar Depeche Mode, y me di cuenta de que casi todas las canciones llevaban la palabra love. Hasta que vino un colega mayor y me dijo que en una estaba hablando de su adicción a las drogas, en otra de su infancia ? Creo que eso nos ha marcado en las letras. Yo lo llevaría más al sentimiento de nostalgia cuando hablamos del amor.

Por ejemplo, Encerrados

Sí, tiene ese punto. Ese tema es curioso porque parece hecho por catálogo, pero es de febrero. Cuando se declaró el estado de alarma nos dimos cuenta de que, si cambiábamos un par de frases, describiría a la perfección la situación. Es nostálgico, pero dice que romperemos cadenas y distancias. Las canciones de Presumido siempre tienen algún rayito de luz que se cuela entre las grietas.

Lo lanzan con la libertad de su último álbum. ¿Cuánto miedo hubo que lanzar a la guillotina para romper con el sello?

Tuvimos un miedo lógico, pero en la balanza pesaba mucho más la confianza en el proyecto. Claro que uno no se puede ir de rositas cuando tiene un contrato, por eso apechugamos y empeñamos los instrumentos e hicimos un crowdfunding. A partir de ahí, nos lamimos las heridas y nos levantamos...

¿Para presumir?

Igual cada cierto tiempo esta banda presume de cosas diferentes. Actualmente lo más bonito que tenemos es que hemos conseguido que un proyecto que empezó desde abajo sea nuestra forma de vida.

Les decían al principio los festivales que lo suyo sonaba "demasiado bien para ser español". ¿Hay un prejuicio contra lo de casa?

No, no lo hay. Y hoy en día no habría dicho eso. Creo que lo que pasaba es que nosotros bebíamos solo de fuentes internacionales y la mayor parte de artistas españoles tienen muy arraigada la tradición. Entonces puede que Presumido sorprendiese. Pero al final, aunque nos llamasen raros, lo hemos conseguido. Lo que más vale no son esos rechazos del principio, sino la capacidad que tengas para lamerte las heridas.