El parque del ofimático se ha convertido en una pesadilla inmobiliaria para los vecinos que decidieron hacerse con alguna de sus viviendas. Tras años de retraso, una parte ya ha podido instalarse, pero muchas otras familias continúan a la espera de una autorización que nunca llega. El bloque de edificios gestionado por la cooperativa Eirís Ofimático en la parcela Z25, terminado hace meses, es uno de los que continúa sin actividad, embarrado en trámites burocráticos a los que sus futuros residentes no les ven salida. Dicen sentirse en una mudanza eterna, la que iniciaron con ilusión al comprar muebles que hoy cogen polvo en trasteros alquilados, mientras pagan préstamos y derramas de una casa que aún no disfrutan.

Son cerca de 80 familias las que viven hoy entre arrendamientos próximos a expirar y facturas que se acumulan. Una es la del servicio de seguridad que pagan para que los okupas no se hagan con el edificio, aunque ellos mismos, admiten, han pensado en okupar sus propias viviendas. Las pancartas y los lemas ya estaban listos para la acción que una decena de vecinos iba a emprender ayer, cuando entrarían en el edificio para reivindicar que se agilicen los trámites. "Recibimos un comunicado de la cooperativa amenazando con que habría represalias, y se asustaron", lamenta una de las propietarias, Lucía Santos Dubra, que admite que están "desesperados".

La mujer vive en un piso de una habitación con su hija y su marido, con dos trabajos que se suman al suyo para hacer frente a los crecientes recibos. Uno es el de 500 euros de la vivienda, a los que se añaden las cuotas del préstamo de 45.000 euros que pidieron para entregar a la cooperativa, una derrama de 2.000 euros, y los 80 al mes del contenedor en el que guardan sus muebles en Agrela. Como ellos, la afectada asegura que muchas otras familias "empiezan a sumar y terminan ahogadas" a raíz de unos plazos que han quedado en teoría. Los vecinos temen que la entrada en agosto ralentice más los trámites, que terminarían con la licencia definitiva de la Xunta.

Antes, el Concello debe expedir la licencia de primera ocupación, para lo que aguardaba varios documentos. Doce fueron enviados el pasado viernes por la cooperativa, en los que indicaba que se habían subsanado las deficiencias encontradas por el técnico municipal. El otro es relativo al suministro eléctrico de Naturgy y debía entregarlo también Eirís Ofimático, pero el Concello decidió contactar directamente con la empresa para "agilizar" el proceso. El Ejecutivo confirma que las deficiencias del edificio "están subsanadas", y asegura que la expedición de la licencia será "inmediata" cuando Naturgy envíe los escritos "que pueden llegar en cuestión de horas o días".

Ante la espera por la eléctrica, Santos denuncia que se encuentran "todavía en el punto de partida". Critica la gestión del ofimático, cuyos actuales residentes "pasaron por lo mismo", y sabe que, una vez dentro, les espera otra batalla. La semana pasada, los vecinos aseguraban que el barrio estaba "desolado". "Es una pena, no hay una papelera ni una sombra. Vamos a luchar a muerte para que se humanice", dice la dueña.